Planear para tener a la pequeña Maria. (2da Parte)
( Relatos Heterosexuales )


En mi negocio, un café internet pequeño pero con una clientela constante dada su ubicación, comencé a descargar todas los videos de la cámara, en un editor de video saque varios fotogramas del video los cuales imprimí, no pude evitar excitarme pero sin embargo trate de contener las ganas de provocarme una erección, quería mantenerme así, quería que el semen se almacenara, si el plan funcionaba en los primeros detalles lo demás seria facilísimo, el plan es perfecto, no fallara.

Al día siguiente he decidido levantarme temprano para empezar a llevar a cabo el plan, algo que note es que hay una segunda opción para llegar a casa de María, sin camino y con una empinada más pronunciada pero ideal para no ser visto, obviamente esta no es utilizada por María pues ella no tiene de que ocultarse, el negocio se lo he encargado a un primo quien ha aceptado gustoso pues suele llevarse un buen dinero que toma sin mi consentimiento, pero mientras mantenga el negocio andando todo estará bien. Ya estoy subiendo la empinada, llevo en mi espalda una mochila con todo lo que necesitare, las imágenes y una laptop, también llevo una navaja, por si las dudas.

Son las diez y media de la mañana, María por lo que se asiste a la primaria, y estos concluye clases a las doce y media de la mañana, reviso de lejos que la casa realmente se encuentre sola, no hay nadie, me acerco. La puerta está cerrada con cadena y candado por lo que busco otra entrada, no pasa mucho tiempo cuando encuentro una ventana absurdamente cerrada con tan solo un alambre, lo abro con facilidad y entro. La casa, bastante humilde consta de un cuarto central de entre unos diez o quince metros cuadrados dentro de un cuarto mas grande, en el cuarto central están dos camas, una tamaño individual un tanto vieja y la otra no es más que un catre, empiezo a revisar todo, realmente lo que busco es información sobre ella y su madre, y también si por pura casualidad no tienen armas en casa.

Después de una hora y media de revisión minuciosa lo único peligroso son un par de cuchillos, los pongo en un lugar diferente pero no lejos de la cocina, también he encontrado varias llaves iguales, quizás cinco o seis y un candado, todas abren ese candado y después de revisar encontré que también abren el candado de la puerta, tomo una llave y el candado.

Pronto darán las doce y media, entonces pongo la laptop en una mesita y dejo todos los fotogramas en modo de presentación, y ahí está, cada tres segundos una y otra imagen muestra la desnudez tierna de María. Miro detenidamente la imagen del jabón entre su culo, no puedo evitar estar entusiasmado.

Espero veinte minutos, estoy escondido en una de las esquinas oscuras del cuarto de María, frente a mi esta la laptop, mostrando una por una las imágenes del cuerpo oscuro de María. Escucho un ruido, me asomo, es ella, ¿Quién mas podría ser? Se escucha como suelta la cadena en el suelo, camina un poco y después se escucha cerca, entrara.

Entra y suelta un grito, lo primero que ve es la laptop, aun no ve realmente las imágenes así que se acerca, al acercarse comprende todo, empieza gimoteando y en seguida se suelta en llanto, en lo que no deja de ver las imágenes yo cierro el cuarto con el candado, ella escucha y voltea, se asusta y se va a una esquina.

– ¿Quién eres? – grita con una voz de niña que me encanta.
– El que tomo esas fotos, ¿te gustan?
– No. – responde y sigue llorando.

Llora por casi diez minutos y yo solo le digo que se las enseñare a sus compañeros de clases, a sus vecinos y a su madre. Ella no dice más que no, que por favor no se las enseñe a nadie, y sigue llorando, su cara está irreconocible a la niña de rostro delicado, de una piel clara pero tostada por el sol y unos labios gruesos que evidencian a antepasados de raza negra. Esta vestida con uniforme de deportes de su escuela, una blusa blanca que muestra sus ligeras montañas de senos y un short corto y apretado que parece manifestarse en contra del enorme culo que debe de vestir. Y ahí está, su culo, sus piernas, su culo enorme que fue el causante de esta decisión mía de arriesgarlo todo por tenerla.

Después de cinco minutos, sin más lagrimas que poder llorar se sienta en la esquina. Me mira y me dice:

– No le digas a nadie, si quieres quédatelas, pero no las enseñes.
– Se las voy a enseñar a todo mundo, a menos que hagas algunas cosas para evitarlo.
– ¿Cómo qué?
– ¿Que harías?
– Lo que sea. – dice mientras se pone de pie.
– Haber, quítate la blusa.

Ella se queda seria y callada, entonces yo apunto de repetirle la amenaza de las fotos me quedo sorprendido ante su siguiente acto. Ella se quita la blusa bruscamente, de manera tan rápida que me sorprende. Aun mas, sin pedírselo se quita también una pequeña blusita que estaba debajo dejando al aire sus tetitas de niñas y sus pezones de un color rosado tierno. Me mira un poco molesta, no me importa.




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1326

Categoria
Heterosexuales

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