El señor de al lado
( Relatos Orgias )


Hola a todos los fans de mis relatos. Vuelvo después de más de un mes de ausencia. Este relato es de hace dos años, cuando me mudé por un par de meses a una casa en las afueras de mi ciudad. Era la casa de un “amigo”, quien me la ofreció muy generosamente a cambio de mis orificios. El vivía con su mujer en la ciudad y nos habíamos conocido hacia casi un mes antes. Me cortejó por una semana aun sabiendo que mantenía una relación con un vecino de él, con quien las cosas ya no marchaban tan bien como antes. Aunque Luis Sebastián no era el único con el que follaba por aquel tiempo, si era con quien llevaba una relación algo estable. Pero últimamente se había puesto muy celoso y yo temía que me fuera hacer algún daño. Así que lo dejé después de llevar una semana “saliendo” con Miguel Arturo, que así se llama mi benefactor.
Lo cierto es que le pedí que me ayudara a conseguir un lugar donde estar por un tiempo y el me ofreció la casa de las que le dije.
Como vecinos tenía a una señora de unos cuarenta y ocho años, su esposo, una hija y cuatro hijos: Sandy de 25, Jonatan de 21 y Emilio de 17. También vivían allí dos de los hermanos del esposo: Juan de 19 años y Felipe José de 16.
He aquí mi relatico de hoy.
Al segundo día de estar allí, cuando iba llegando de la ciudad después de una jornada bastante ardua con cinco clientes que requirieron mis servicios aquel día, fui interceptada por mi vecina Arminda.
-        Buenas tardes, vecina. Disculpe que la veo apurada. Me llamo Arminda. Es bueno ver gente por aquí. Esta casa pasa mucho tiempo sola. Los dueños ya casi no vienen por aquí.
-        Buenas tardes, señora. Mucho gusto soy Johana. Casualmente en media hora debe venir el dueño a ver qué tal va todo- Le dije. Miguel me había llamado en el mediodía y me había dicho que quería follarme.
-        Ah, ok. Estamos a sus ordenes señorita.
-        Gracias-Le dije mientras entraba a la casa a echarme un baño para quitarme el olor a sexo que cargaba en mi cuerpo luego de haber sido cogida por cinco machos aquel día. Además deseaba encontrarme con Miguel Arturo, quien me gustaba mucho.
Me lavé bien el bollo, y extraí la esperma de mi último cliente de aquel día a quien se le había roto el preservativo. Lave mi ano adolorido después de batallar con tres gruesas pollas y saqué algo del esperma del mismo cliente que al haberme acabado dentro de la vagina quiso aprovechar y darme por el culo sin condón.
Afortunadamente Miguel A era de los que solo meten su polla en la vagina.
Llegó algo retrasado y después de conversar sobre tonterías me pidió que se la comiera. Lo hice con pasión. Me encanta mamar una polla deliciosa y más si el hombre me gusta tanto como él me gustaba.
-        Oh mi reina. Se ve que has estado añorando mi polla. Dos días sin que tu vagina pruebe una polla. Debe estar hambrienta- me dijo el muy creído.
-        Si, mi lindo.
Pasamos un rato muy grato, follando como locos. Con par de acabadas dentro de mi vientre cachondo. Me disfrutó con su polla, su boca y su lengua. Me manoseo toda, masajeo mis nalgas y acaricio mi cara sin parar mientras bombeaba su herramienta.
-        Vengo en cuatro días, mi bien- me dijo dulcemente.
Cuando se fue, dormí como una niñita después de tomar su tetero.
Al día siguiente, no salí. Me dediqué a asear y acomodar la casa. Estaba pensando en traerme a mis niños uno o dos días a estar conmigo.
Acomodé el jardín, vestida apenas con un pantaloncito corto y blanco y una blusita sin brasiere. Estando en ello se acercó mi vecina Arminda a conversar conmigo.
-        Ey, tu como que eres la novia del señor Miguel Arturo?
-        Somos buenos amigos-le dije reflejando mi molestia.
-        Disculpa no quise ofenderte. Ey, te presento a mis hijos y cuñados. Vengan acá muchachos.
Uno a uno se fueron presentando. Los cinco estaban muy bien. Sentía como que me comían con los ojos y casi se les salía la baba cuando me detallaban.
Me hice la tonta y disfruté el momento. Me sentía muy deseada por aquellos sementales que quizás tenían meses sin follar o incluso ni habrían follado antes.
En la tarde me puse unas tanguitas rosadas muy sexis y una blusita verde manzana y salí supuestamente a regar unas matitas. Los chicos me observaban y me saludaron desde su casa. Yo les respondí con una sonrisa y aumenté el movimiento de mis nalgas la caminar. De pronto escuché una voz muy fuerte.
-        Eh, cuerda de zanganos, vayan a cumplir con sus deberes y dejen de estar viendo a la vecina. Señorita, mis disculpas, soy Ramón, el dueño de casa.
-        Mucho gusto señor Ramón- L e dije mientras el recorría cada palmo de mi figura. Era un hombre casi de 50 años, robusto y con las manos cayosas.
-        No regañe a los chicos, son muy amigables-Le dije.
-        Si la molestan me lo dice, por favor.
“Seis pollas, que gusto me voy a dar!” me dije para mis adentros. Recuerdo que pasé la noche pensando en lo que me esperaba en los próximos días. La carne fresca me vuelve loca. Trabajando como prostituta disfruto mucho, pero sé que la mayoría de los que me han requerido son hombres con mucha experiencia y que antes ya han cogido a muchas otras putas. Incluso Néstor, aquel del que les conté antes, cuando anduvo conmigo ya había cogido a varias de mis amigas, y luego me supongo continuó haciéndolo.
A veces consigo novatos, pero casi siempre son tan torpes que arruinan todo. Cuando eso sucede simplemente cierro mi ojos y dejo que se sacien con mi cuerpo esperando el momento de despedirlos.
Al día siguiente salí a follar en la ciudad desde muy temprano. A primera hora con uno de mis amantes de aquella época, y después con un tipo que me contactó por anuncio. Más tarde, antes del mediodía, me fui al apartamento de un cliente ya conocido con el que había quedado de verme. Tuve relación anal un par de veces con él y luego volví a la casa.
Me eche un baño y me tendí a dormir. Me despertó un par de toques en mi ventana. Eran como las 5 de la tarde, y había dejado la ventana sin la persiana. Como siempre dormía desnuda con mis nalgas al aire.
Los toques habían sido involuntarios. Era Felipe José que se había acercado a espiarme y al verme desnuda comenzó a masturbarse. Con la emoción había estrellado su mano con el cristal de la ventana.
Cuando me vio incorporarme quedó pálido e intentó correr pero como tenía los pantalones a la rodilla se cayó.
Tenía una polla muy grande, y yo cachonda pues había estado soñando que me follaba un desconocido muy guapo.
-        Tranquilo. No te avergüences- le dije- ven métete por la ventana- le propuse mientras levantaba el vidrio- así no te verán entrar. Dale rápido.
Le bajé nuevamente el pantalón y metí su polla en mi boca. Estaba toda babosa y con un par de chupadas inundo mi garganta con un chorro grande de semen. Continué chupándosela mientras él temblaba de la emoción.
Una vez recuperó su dureza me tiré sobre la cama y abriendo mis piernas le dije:
-        Quieres meterla ahora?
-        Si, si…
-        Entonces métela toda…
Se abalanzó sobre mi y metió aquella deliciosa polla en mi vagina hambrienta de polla. Toda adentro como tanto me gusta, comenzó a meterla y sacarla como enajenado.
-        Es la primera vez que te coges a una mujer?
-        Ajá. Si
-        Te gusta mucho cogerme verdad?
-        Si, mucho, mucho….
-        Cógeme que esta tarde soy para ti solito…
Al cabo de unos diez minutos volvió a acabar, esta vez en mi vientre. Lo hice tumbar sobre mí para sentir como su polla se desvanecía dentro de mi gruta.
Un rato después volví a mamársela, me encantaba aquella polla y quería exprimirla toda.
-        Quieres culito?
-        Sí, claro si tú me lo das…
-        Tienes que ganártelo. Chúpame mi culo- le dije poniéndome en cuatro patas.
-        Esta como hinchadito, no?
-        Es que le hace falta una polla como la tuya, mi lindo….
Acto seguido metió su lengua en mi ano. Al ato sentí como deslizaba su salchicha en recto y me la clavaba toda en mi culo elástico.
Al final acabo en mis intestinos.
-        Si te portas bien, y no lo comentas, te lo voy a seguir dando de vez en cuando. Prometido?
-        Si, prometido…
-        Eres un chico bueno, como me gustan a mí….
Salió por la ventana, ya cuando el sol había caído. Era el comienzo de un grato tiempo. Al día siguiente se volvió a presentar. Y así cada tarde, a excepción de los días que venía Miguel A, se presentaba a mi ventana a darme mi ración.
Poco a poco dejó de ser el único que me follaba. Uno a uno me fui despachando a los otros jóvenes. Hasta llegué a tener un sistema de turnos para ellos. Cuando no salía, arreglaba todo para pasar el día follando. Uno atrás del otro con pausas de media hora o hasta menos. Dos en la mañana. Dos en la tarde, uno en la noche. Cuando así ocurría, el primero y el último tenían culo asegurado.
Nunca ninguno me comentó de que le había escuchado a otro decir que me follaba.
Una noche, después de irse Miguel A de la casa, y cuando habían pasado más de tres meses en esa deliciosa rutina, se presentó a mi casa Ramón. Estaba muy serio y pidió hablar conmigo a solas.
-        Estamos solos que se le ofrece?
-        No te hagas la santa conmigo. Ayer vi cuando Emilio entraba por la ventana, tu ventana. Así que me acerqué y te vi follando con él. Eres una degenerada. Por esto te cabe cárcel, el es menor de edad y tu sabes que te puedo denunciar. Voy a hablar con él para que testifique.
-        Señor Ramón, usted no puede hacerme eso….
-        Si que puedo…A menos que….
-        A menos que que?
-        A menos que me lo des a mi también. Desde que te vi sabia que eras una zorra…quiero gozarte yo también, es lo justo…
-        Soy una mujer decente, usted se equivoca. Cometí un error pero eso no significa que sea lo que usted dice….
-        También te he visto en acción con el señor Miguel Arturo…Y con varios de los que han venido por aquí últimamente, el del carro rojo, el taxista, el de la camioneta azul, el del corolla gris…Así que no eres puta, eh?
-        Es mi vida…pero está bien, accedo a lo que buscas.
-        Muy bien. Mira lo que tengo para ti- dijo sacando su verga.
Yo le había resistido viendo que conseguía. De todas formas me había atraído desde que le vi, pero imaginaba que fuera de otra forma…Me gusta el romanticismo a veces…
Me arrodille y mamé su salchichón allí mismo en la sala. Era una polla morena y muy grande. Ya en pocos minutos me había olvidado del percance y me dedicaba a darle lengua a su verga deliciosa.
Me recostó sobre el sofá y comió mi cuca. Luego dirigió su polla a mi entrada delantera y la hundió allí con pasión. Lo hizo mientras comía mis tetas y decía palabrotas.
No tardo mucho en acabar dentro de mí.
Al rato volvió a pedirme que se la mamara. Me puso en cuatro patas y la metió en mi vagina. Mientras lo hacía, abrió mis nalgas y exclamó:
-        Oye, que no eras puta, si tienes ese culote bien roto. Cuantas pollas te has clavado por allí? Cuantos te la han metido esta semana por ese culote tan rico?
-        No sé papi, más de 20.
En el acto sentí como sacaba su polla de mi vagina y la metía toda en mi dilatado ano.
-        Me arde papi…
-        Como que te arde?
-        Claro, eres el tercero que me la mete hoy por allí…Sigue que rico…
-        Ves que te gusta…
Ne realidad era el quinto. Ese día había estado “trabajando” desde temprano y había salido con cuatro tipos que me pidieron el anal, aparte de Miguel A que solo me cogía por delante.
Al final explotó en mi recto.
Durante un mes continuó con su rutina noche tras noche, así tuviera el periodo. Me pidió que no lo hiciera con los chicos y le hice caso. En cierta forma porque me daba libertad para otras cosa, y permitía que Miguel A viniera a “visitarme”. En cierta forma me había enamorado de su rudeza. Y por supuesto de su pollota deliciosa.
Era un cincuentón ardiente.
Mi vecina seguía como si nada.
-        Ramón me dijo que ahora te llevaba el encargo.
-        Ah si gracias.
Los chicos se veían desesperados, pero ya no me apetecían tanto como antes. Cada noche espera la entrada de Ramón con su encargo…
Una noche, después de irse Miguel A, Ramón se apareció muy melancólico.
-        Que te pasa?
-        Estoy celoso. Cuando vas a dejar a ese tipo?
-        Y para donde me iria?
-        Qué tal si te vas conmigo, he encontrado una casa en otro lugar. Vente. Por ti lo dejo todo.
-        Pero y tu esposa?
-        Eso no importa.
Follamos apasionadamente.
Días después me fui con él. Unas semanas después lo dejé para irme con un compañero de trabajo de él. Duré poco con este último, me daba muy mala vida. Incluso volví con Ramón por un mes más, pero volví a dejarlo esta vez para irme a vivir con el esposo de una prima. El después de mes y medio volvió con ella.
Anoche recordé a Ramón. Hasta donde sé volvió con Arminda. Es un buen hombre, a pesar de todo. Lo perdí por andar de loca. Anoche hasta soñé que veía como se cogía su mujer y sentí envidia. Ha sido una de las mejores pollas que me cogido. Tragué tantas veces su semen que cuando alguno de mis amantes actuales vacia sus testículos en mi boca recuerdo el delicioso sabor de la esperma de Ramón.
Bye
Karolay




Escriba aquí su comentario sobre el relato:

Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.

Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
1374

Categoria
Orgias

Fecha Envio


Votos
0

Relatos enviados por el mismo usuario

1184 - Una agradable sorpresa