Me culie a mi prima y sobrinas
( Relatos Heterosexuales )


Soy Arnulfo, ahora con casi 44 años, quiero compartir una historia, ya que de tanto leer otros relatos en este sitio, se me calentó la cabeza y quiero confesar una historia verídica.

Siempre fui el tipo que le huía a los trabajos, me gustaba la vida fácil y ligar chicas sin ninguna responsabilidad. Mis padres me echaron de casa a los 23 por vago. Ya que para mantener mi ritmo de vida con amigos y chicas, tenia que robarles dinero a mis padres.

Me enteré que una prima que no veía, de nombre Silvia, vivía en una ciudad, no muy lejos, no tenia nada que perder. Conseguí la dirección y la visité. Silvia era toda una mujer, tez blanca, buenas tetas y un enorme culo que me llamó mucho la atención. Era ya casada, con un tal Kenny, y ya tenían dos hijas, Nati y Monica de 14 y 18 años respectivamente.

Le pedí posada mientras conseguía trabajo(no tenia la menor intención de buscarlo), su esposo Kenny al ver mi pinta, pequeña barba, pantalones raídos y tennis viejos, no quería aceptarme, ni que entrara a la casa. Pero mi prima Silvia que se acordaba de mi en su infancia le rogó que me alojara unos días, y por eso pude entrar a la casa.
A primera vista parecía una familia feliz, pero hasta que uno convive con ellos se da cuenta de la realidad.

Mi prima Silvia para iniciar, era infeliz en la cama con Kenny, a veces la oí masturbarse con un vibrador en el baño. Kenny su esposo era un tipo muy frío desinteresado por el tema sexual, eso si hay que reconocerle que el pan y la buenas cosas materiales nunca faltaba en la casa.

Mi sobrina Nati la de 14, era muy ávida en el tema sexual, tenia muy desarrollado ese instinto, en más de una ocasión le encontré en su cuarto y en su compu, videos y dvd´s pornográficos, desde lesbianismo hasta doble penetración.

Mi Dulce Mónica, era una chica muy responsable, delgadita, piernas largas, pechos medianos (muy buenos para su delgadez), era muy atractiva, le gustaba salir a la disco o al centro comercial, pero Kenny era muy cuadrado en ese aspecto y no la dejaba ir seguido.

Ya bañado y rasurado, mi aspecto mejoró para ser aceptado por Kenny, quien días después me dirigió la palabra por primera vez en la casa. Kenny trabajaba en una compañía y salía bastante de la ciudad.

Cierto día, que andaba con resaca (un día antes me había juntado con unos amigos y habíamos tomado algunos tequilas), me levanté en la noche, vi el reloj las 12:20 AM, me moría de sed, fui a la cocina a servirme un vaso de agua, todo estaba oscuro, de regreso oigo un quejido en la sala, me voy sigilosamente y veo que es mi prima Silvia quien se está masturbando metiéndose la punta de un vibrador negro en su vagina semipeluda. En un momento cierra sus ojos gozando el instrumento plástico, yo aprovecho eso para acercarme, estando ya muy cerca de ella, me agacho para no ser notado. Con la luz de una lámpara cercana, le puedo ver su buenísimo cuerpo, sus tetas son mejores sin vestido, sus nalgas son duras a pesar de los años y su vagina tiene un par de labios colorados.
Todo eso me calentó y me puso cachondo.

Le quito de la mano el vibrador y lo sigo guiando hacia su vagina. Ella abre los ojos y se asusta, luego se sonroja, trata de levantarse, pero yo la tranquilizo, -no temas primita, soy yo Arnulfo, te ayudo?- Ella no sabe que hacer, intenta nuevamente levantarse, pero no la detengo.
-Termina lo que empezaste!- le vuelvo a decir. Tomo el vibrador y lo sigo metiendo en el interior de su coño, Silvia poco a poco vuelve a su posición horizontal en el sillón.   

Luego de un rato, quito el dildo y empiezo a penetrar su bollo con dos dedos; mis dedos son más gruesos de lo normal, sigo el movimiento de adelante y hacia atrás masturbándola, su vagina está tan mojada que logro insertar los dedos hasta los nudillos. Ella gime y contorsiona su espalda. Al rato tomo ánimos y le abro un poco más las piernas para deslizar mi cabeza entre ellas, acerco mi lengua a su clítoris y se la paso varias veces por esa pepita aún con los dedos dentro de su vagina. Ella sigue gimiendo. Retiro mis dedos empapados de sus jugos y bajo mi lengua a su raja abierta y le empiezo a chupar todo lo que encuentro por alli; por la dilatación de su vagina, puedo meterle una parte de mi lengua, ella se contorsiona y obtiene un largo orgasmo.

Para ese entonces, mi verga pide a gritos que la saque de mi boxer, lo cual hago. Me levanto me pongo entre sus piernas y la penetro, le hundo mis casi nueve pulgadas en su vagina de un solo empujón sin piedad. Luego la empiezo a pistonear con fuerza, el sillón rechina y amenaza con desarmarse, ella gime y gime más recio, pidiendo más verga. Mis bombeos son secos y profundos. Ella esta por venirse nuevamente. Acelero mi follada para que pueda llegar otra vez al orgasmo. Volteo y me doy cuenta que en la mesa de la sala hay un frasco con lubricante tipo jalea (como que Silvita también se mete el dildo en su huequito pequeño). Lo cojo y le unto el ano con cierto trabajo, por la posición en que estamos cogiendo. Me levanto un poco, pongo sus pantorrillas sobre mis hombros, lo que provoca que su culito se eleve a la altura de mi verga tiesa. Le pongo el glande en la entrada de su agujerito arrugadito y la ensarto lentamente, mi verga se va perdiendo de vista hasta quedar completamente adentro de su culo. Ella gime como endiablada y entre sollozos me pide que le parta el culo. Le comienzo a bombear nuevamente mi verga, mis cojones chocan contra sus ricas nalgas en un vaivén acelerado. Entre gimoteos, espasmos y quejidos los dos llegamos al climax, esta vez al mismo tiempo, le lleno de esperma sus intestinos, para luego salir por su recto y caer en el sillón. Me desprendo de su culo, me paro le doy un tímido beso y tomo mis calzoncillos y me marcho de alli, no sin antes decirle:
-Me gustó mucho ayudarte primita!-

Me voy a mi habitación, me pongo los calzoncillos y me meto entre las sabanas, aún con olor a vagina y a culo en mi verga. Me duermo.

En la mañana muy temprano, luego que mis sobrinas se van al cole, Silvia entra a mi habitación, lleva puesta una lencería muy sexy, me despierta y me da las gracias por lo de anoche y luego se mete en mi cama y me pide que la posea nuevamente. Aunque me siento desvelado por lo ocurrido en la media noche, pero como la primita esta para chuparse los dedos, le doy otra buena cogida a sus dos hoyitos, solo que ahora con más tiempo y más cómodo en la cama. Mientras la ensarto me doy cuenta que gime y grita con cada penetración, no cabe duda que aprovecha bien que no hay nadie en la casa. A la primita le encanta comerse una buena verga y liberarse.   Termino, se viste y sale del cuarto directo a la ducha y luego al trabajo.

Durante los días que Kenny no está, nos hemos quedado con Nati y Mónica viendo TV hasta tarde, a Silvia la he estado cogiendo estos días solo por las mañanas.   En esa noche Mónica se despide y se va a su habitación, me quedo solo con la pequeña Nati. Como la película es de suspenso ella se encuentra pegada a mi, yo aprovecho para tocarle sus senos y su culo con disimulo sobre la pijama, que es un camisón largo hasta debajo de la rodilla. Todo esto me va calentando la cabeza. Al terminar la película supuse que Nati se despediría, pero no es asi, toma en control remoto y empieza a cambiar los canales, yo sigo junto a su cuerpecito tibio.   En eso pasa un canal de pornografía, en donde la mujer le esta dando una buena mamada a un tipo que tiene una enorme verga. Lo deja un rato y luego lo quita, yo le digo – Déjalo quiero ver-, Nati regresa el canal, y sigue la acción de esa felación. La mujer se inserta todo el miembro a su boca y empieza a succionarlo.
-Ya te han hecho eso tio?- pregunta inocentemente Nati
-Si, y como me gusta! Le contesto.
Hay un silencio mientras sigue la acción en la TV.
-Tu ya haz hecho eso Nati, con algún compañerito?- ahora yo pregunto.
-No!-   responde
-Y te gustaría hacerlo?- vuelvo a preguntar
-Pero si ni siquiera he visto una en mi vida tío!
-Y quisieras ver una? Vuelvo a insistir
Se quedó pensando un rato antes de contestar -Vale!-

Antes que se pudiera retractar, me baje la pantaloneta y luego los boxer, dejando en libertad mi verga semi-erecta. Nati, se puso la mano cerrada en la boca en señal de impresión.
-Tócala!- le casi ordené.
Nati extendiendo su manita la tocó como si estuviera tocando una mascota.
-Acaríciala a lo largo! Le volví a indicar. Nati lo hizo, las yemas de sus deditos tocaban todo el largo del tronco.   Mi erección fue total en ese momento.
-No te duele tío? Esta tan tiesa!-, manifestó Nati.
-Me duele, pero se me quita si la besan y tu no quieres que me duela, verdad!-
Ella movió su cabeza en señal negativa.
Poco a poco acercó sus labios a mi verga y le dió unos besitos a la cabeza colorada y se retiró.
-Trata de hacer lo que la mujer estaba haciendo en la Tv- le dije
Nati se volvió a acercar a mi verga y chupo tímidamente el glande. Senti un torrente de electricidad que estremeció mi cuerpo, en ese momento estaba muy excitado.
Nati engulló un buena parte del tronco y tomándolo con sus manos la mamó varias veces.   Yo le acariciaba su cabellera castaña, haciéndole saber que la estaba pasando muy bien, ella seguía repitiendo la operación chupando y mamando el glande y una parte de mi verga.
En la Tv en ese momento se oyó un quejido, el tipo de la película estaba llegando al climax y emitió un chorro de esperma que fue a dar a la boca, labios y cara de la mujer, luego ella se bebió una parte de esa venida.

-Tío a ti también te saldrá ese liquido blanco?- preguntó Nati.
-Si preciosa, es una lechita bien rica que quiero que te la tomes!- le indique.
Luego, ella volvió a mamarme y chuparme mi pedazo de carne dura.
-Ahora chupame los cojones!-,   le solicité, jalando el tronco de la verga hacia arriba, dejándole mis huevos a la vista,   Nati le comenzó a pasar su lengüita a cada uno. Se sentía delicioso el contacto de su húmeda lengua en mis bolas!.   Mientras me chupaba los cojones me dedique a masturbar mi verga haciéndome una chaqueta. Ya estaba por llegar a mi orgasmo.   Cuando sentí que me venía, le indique que volviera a mamarla, cuando ella se la metió a la boca nuevamente, la sujeté de su cabeza y mi verga empezó a soltar chorros de semen dentro de su boquita, Nati no se lo esperaba, y quiso soltarse, pero yo la tenia tomada por la cabeza. –Tómatelo todo preciosa, tomate mi lechita!!- le ordené.
Ella trato de ir tragando todo, sin embargo una buena cantidad le salía por la comisura de sus labios. Luego de varios espasmos, le solté la cabeza, ella se sacó mi verga de la boca, le sonreí, y ella me sonrió con esperma en sus labios.

-Lo hice bien tío?-
-Muy bien Nati, que rico me lo hiciste!- le contesté
-Ahora me toca hacértelo a ti!- le indique.

La tomé de una manita y la llevé al sillón grande de la sala, le pedí que se quitará su pijamita frente a mi. Lo hizo sin oponerse.
-También las calcetitas?- me preguntó
-Si claro, te quiero toda desnudita Nati!-   Asi lo hizo. Se quedó frente a mi desnudita, su vaginita estaba casi sin vellitos, tenia pocos labios vaginales, sus senitos eran dos pequeñitos volcancitos adornados con pezoncitos rosaditos.
-Acuéstate en el sillón!- le pedí.    Ella lo hizo. Y quedo su cuerpo en posición horizontal.   Le bajé una pierna al piso y la otra la flexioné hacia adentro, abriendo su rico manjar frente a mis ojos.
-Qué me vas a hacer tío?-   preguntó.
-Espera y verás, te va a gustar preciosa!- contesté.

Inicie con besitos en su entrepierna, rodeando sus muslos, luego mi lengua recorrió todo el contorno de su vagina, sin tocarla.    Ella gimió y movió un poco su traserito.
Seguí la operación, subiendo mi lengua hasta su ombligo, se la incrusté dentro de él; después subí a sus ricos senitos, los lamí con la punta de mi lengua, llegué a su pezoncitos y repetí la acción anterior, inmediatamente estos se erectaron.
Luego descendí por el mismo camino, chupando y lamiendo todo a mi paso, hasta que me coloque frente su vagina. Delicadamente con mis dedos abrí sus labios vaginales, quedándome a la vista sus labios menores y su clítoris.   Me dirigí a su clítoris y le pasé la lengua varias veces, hacia arriba y hacia abajo. Ella se contorsionó en el sillón, quiso cerrar sus piernitas, pero mi cabeza que estaba entre ellas impidió que lo hiciera.
Su vagina rápidamente lubricó todo su interior. Bajé mi lengua a su grutita y lami su circunferencia, mientras había dejado que mi dedo pulgar acariciara su clítoris.
-Tío me duele, me duele!. Dijo Nati, tratando de explicar su primera excitación y orgasmo asemejándolo al dolor.   Ya que nunca antes había sentido nada igual.

Segui varios minutos más mamando su cuquita y su clítoris, esperando que su vagina se dilatara otro poco para penetrarla.
Llegó el momento, saqué rápidamente de mi pantalón un condón, lo coloqué y me puse hincado entre las piernas de Nati, ella tenía sus ojitos cerrados aún degustando su último orgasmo. Le levanté las piernas y las abrí hasta lo máximo sin hacerle daño o crearle incomodidad, con mi mano guié mi verga a la entrada de su vagina, con un movimiento de cintura la traté de penetrarla lentamente, ella gimió colocándome sus manos en el torso; con un poco más de presión mi glande entro al interior de su coñito.
La lubricación que contienen los condones ayudó bastante.
Nati emitió un quejido suave al sentirse perforada por mi verga, su himen se rompió para siempre.   Ella aulló del dolor y sin mucha fuerza, empujaba mi torso hacia delante.
Segui empujando mi verga, hasta que la mitad estuvo en el interior de su cuerpecito.
Acto seguido la empecé a bombear dentro de ella, cada vez que la sacaba, intentaba meterle un poco más de su largo. Asi fue que después de unos cuatro o cinco bombeos mi verga estaba casi totalmente adentro.   Que exquisita cuquita tenia Nati!, me provocaba ricos espasmos en la verga y una alta satisfacción. Ella abría los ojos y me miraba cuando yo me iba hacia delante y hacia atrás, como aprobando todo.
En pocos minutos, Nati tuvo otro orgasmo, esta vez me clavó sus uñitas cuando me tomó las caderas y las jaló hacia ella, como queriéndose enterrar hasta el último pedazo de verga.
La seguí follando en la misma posición, pero cada vez le ponía más velocidad y fuerza a mis bombeos, hasta que pasaron a ser embestidas casi salvajes, el sillón hacia ruido y nuestros cuerpos se agitaban, gotas de sudor salían ya por mi frente y mi pecho. En un acto libidinoso e irresponsable, lo admito ahora, me quité el condón y se la enterré hasta el fondo sin él, quería sentir bien sus paredes vaginales viscosas y calientes, y la fricción que ocasionaba la estrechez de su grutita y la anchura de mi verga. Era increíble.

Finalmente, aceleré más el ritmo del mete-saca y a la par de un gemido solté un chorro de esperma dentro del interior de su coñito, era tanto que pensé que estaba orinando.
Todavía la embestí un par de veces más para sacar hasta la última gota de semen. Cansado me dejé caer sobre ella, besándole su cuello sudoroso y subiendo hasta su boquita que me recibió con su lengüita. Nos quedamos un buen rato asi.
-Te gustó preciosa!- rompí el silencio.
-Ayy si tío- -Pero me siento muy rara-   me contestó
-Ya se te pasará- le indiqué.

Afortunadamente no quedó embarazada en su primera vez.   Al día siguiente, acordamos vernos en su cuarto a media noche, le pedí que no tuviera nada puesto bajo las sabanas. Asi lo hizo. La encontré desnuda en su cama. Ese día le di otra probada de verga, la cogi en al menos cinco posiciones distintas, le comí su cuquita de nuevo y follamos tan duro, que ese día si le sangró un poco su vagina, mientras que el día de la desvirgada no sucedió eso.   Nati fue esos días mi pequeña amante.

En los días posteriores, llegó de viaje Kenny, contento de sus negocios realizados. Al verme no le agradó que todavía yo estuviera en su casa.   Lo digo, porque lo oí reprochárselo a mi prima.   –Y todavía está ese vago en mi casa!!- -Ese tu primo es solo un mantenido!-. Mi prima como pudo me defendió y le prometió que hablaría conmigo.
Yo por supuesto estaba enojado con Kenny, -maldito!- Si supiera que mientras no estuvo me cogi a su esposa y a su hijita virgen- pensé entre mi.   

Mi prima Silvia habló conmigo, indicándome que Kenny su esposo estaba molesto por mi presencia y que era mejor que me fuera y que tenía una semana para establecerme en otro lugar.

Ese fin de semana, Mónica estaba invitada a una fiesta de cumpleaños de una su amiga. Silvia y ella casi rogaron a Kenny para que la dejaran ir.   –No porque hay muchachos drogados y ebrios en esas fiestas y te pueden hacer algo!- decia Kenny.
-Por qué no le hace compañía Arnulfo, yo se lo puedo pedir!- le contestó Silvia
Y asi fue, fui el chaperon de Mónica en esa fiesta.

Como toda fiesta de sociedad, llegan muchos chicos fresas y engreídos.   El ambiente era casi aburrido, al menos para mi.   Yo me quedo sentado viendo bailar a Mónica con algunos muchachos.   -Será una noche larga, pensé.
A media fiesta, como el licor fluye por todos lados, vi que un muchacho le pidió a Mónica que bailara con él,   ella se negó, sin embargo el muchacho la jaló a la fuerza, y ella gritó.   Me levanté, corri hacia ellos y de un puñetazo hice que él la soltara. Luego, uno de sus amigos, me pegó por la espalda, me voltee y también le propiné un puñetazo en la cara.   Se volvió una pequeña trifulca. La música se detuvo. Yo estaba sobre el muchacho que había jaloneado a Mónica cuando sentí un fuerte golpe en la cabeza seguida de un estallido, alguien me había propinado un botellazo con un envase de cerveza.   En eso se metió más gente y yo me quedé como aturdido. Con ayuda de Mónica me senté en una silla, pero ella me dijo que mejor nos saliéramos del salón. Así lo hicimos.
        Nos metimos en el vehículo que Kenny nos había prestado.   Mónica me revisó la cabeza, pero para mi suerte solo tenia un chichón en ella. Pasado un rato desde el suceso, Mónica me agradeció mi intervención, y me dijo que descansara un rato, asi se me iba a pasar el mareo. Me acosté y puse mi cabeza sobre sus piernas, mientras ella me sobaba suavemente la cabeza.   
        Al pasar los minutos, en la posición en que estaba, debido a que ella llevaba una minifalda, parte de mi cara quedaba en la piel de sus piernas, pude sentir el olor de su cuquita, me la imagine sudorosa por el baile, eso me empezó a calentar la sangre. Me hice el dormido y me di la vuelta, es decir, quede con la cara de lado hacia su vientre. El olor a coñito era más fuerte. A los pocos segundos mi cara y nariz se enterraron hacia su cuquita y presioné un poco la cara hacia ella. Mónica seguía acariciándome la cabeza.
Con mis manos sueltas, comencé a acariciar sus delgadas pantorrillas, ella no dijo ni hizo nada.   Luego subi mis manos un poco a las rodillas y las volví a acariciar, no se si era mi imaginación, pero el olor a coñito mojado era mayor. Entonces me anime a correr un poco su mini de modo que mi boca quedó directamente sobre sus blancos muslos torneados, los besé tiernamente, como no hubo las más mínima oposición levanté con cuidado su mini y le besé su tanguita negra, luego la lamí.   Mi mano se coló entre sus piernas y acarició su coñito sobre su tanguita. Mónica gimió y quiso levantarse, pero no la dejé.   –Ayy no!- alcanzó a decir.
Deslice mis dedos entre su braguita y pude tocar su poquitos vellos vaginales, luego encontré su rajita, la cual acaricie con la yemas de mis dedos, alli me di cuenta que estaba mojadísima. Animado por esa información, decidí erguir la cabeza y besarle su vientre. Con la mano que acaricia su vagina, intento sacarle la tanguita por las piernas y ella reacciona tratando de evitarlo.

-Eso no esta bien tío!- me dijo recio.
-Mamita solo déjate llevar, no te va pasar nada, te lo prometo!- contesté
Finalmente su tanguita cayó en el piso del vehículo, con esa libertad, le abri sus piernitas delgadas un poco y coloqué mi boca en su rajita, se la delinee con la lengua, ella se contorsionó en el sillón, lo que aproveché para abrirle más sus piernas y meter mi lengua en su conchita. Ella se sobresaltó, yo apreté sus piernas para impedir que las cerrara, seguí mamando su conchita con buenos lenguetazos y chupando su clítoris ya hinchado por la excitación. Como la posición era muy incomoda para mi, le pedí que se colocara hincada en cuatro viendo hacia la parte de atrás del vehículo.   Asi pude apreciar ese traserito blanco rico, -como una cosa tan pequeña, puede estar tan bien hecha- pensé, ya que su culo era pequeño pero redondito, con sus nalguitas paradas, estaba muy bien acondicionado. No aguante las ganas y le empecé a chupar y besar sus nalgas desde el inicio de su espalda hasta el culo. Mientras hacia eso mis dedos jugueteaban con su conchita, insertándole un dedo en el interior. Ella gimió pero no dijo ninguna palabra. Luego le chupe su botoncito del culo, Qué rico estaba!, me excito el comerle su culito que le inserté con un poco de lucha otro dedo en su vagina y la empecé a masturbar con ellos. Ella movía su trasero como queriendo follar mis dedos, no cabía duda que estaba gozando todo lo que le hacía yo.
Como pude me empiné y me coloque frente a su trasero, me baje el pantalón hasta las rodillas y la penetré en su vagina de dos empellones, uno para insertarle el glande entre sus labios vaginales y el otro para metérsela hasta el fondo. Debido a la lubricación de su coñito mi verga se deslizó bien hasta adentro.   Me moví un poco incomodo por el poco espacio dentro del automotor, pero me sujetaba del sillón para lograr el vaivén perfecto e incrustársela hasta los ovarios. Mónica gemía y aullaba de placer, afuera del vehículo solamente estaba el parqueo y todos los demás automotores, ella podía darse el lujo de bramar de placer y no ser escuchada.   Se vino un par de veces casi seguidas, inundando su vagina de líquidos viscosos.

A los diez minutos aproximadamente de estarla cogiendo, yo ya estaba excitadísimo y le cambie de lugar a mi verga (también porque no llevaba condón), la puse en la entrada de su culito y la penetré con fuerza, ella no lo esperaba y trató de zafarse, pero solo logró que mi verga se fuera hasta sus mismos intestinos.   Ahora le bombeaba fuerte su culito rico, apretadito, era muy caliente ver como mi verga le partía su bello trasero en dos partes, también le apretujaba sus nalgas con mis manos sintiendo la tersura y dureza de las mismas.

La culie un buen rato, hasta que me vine en chorros interminables de esperma dentro de su huequito redondo.   Los dos estábamos sudorosos, ya que tuvimos los vidrios cerrados todo el tiempo y eso parecía un sauna.   Nos vestimos y nos regresamos a la casa de sus padres.

Se cumplió la semana y abandone la casa, mi prima me llevó a cenar esa última noche aun restaurante, disculpándose por no poderme apoyar más. De regreso le insinué que quería cogerla otra vez como aquella noche. Me vio a los ojos y condujo hasta un motelito. –Házmelo rápido, por que Kenny nos espera!- me dijo.    Fue la última vez que la vi desnuda, cogimos rico, le metí la verga por sus dos deliciosos agujeros, termine dos veces, una vez en cada uno. Luego regresamos a casa como si nada.

Cuando saque la mochila con mi ropa adentro y me despedí, vi una risa sarcástica de Kenny.   El que debía reír era yo, pensé. Si supiera que el único hombre en la casa este tiempo fui yo.





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Nombre do Relato


Codigo do Relato
1392

Categoria
Heterosexuales

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