Una tarde no planeada (Humbost)
( Relatos Gay )


Uno nunca sabe lo que el destino le tiene preparado en un día que más bien ha sido aburrido pero que la tarde se va a convertir en momentos memorables.
Esto me sucedió hace poco tiempo en mi ciudad. Un día en que a pesar de ser ya casi las 3 de la tarde, un calor sofocante y nada que hacer me llama un primo para que le acompañe a dar una vuelta por las afueras ya que debía darle un recado personal a una amiga de su esposa. Le digo que si y él queda de pasar a buscarme en su auto en 20 minutos.
Me doy un duchazo rápido para bajar el calor que tenía, me pongo unos bóxer, bermudas y una camiseta fresca. Al rato Daniel (mi primo) pasa por mi y salimos hacia las afueras.
Al llegar al lugar nos encontramos a un hombre y 2 mujeres que conversaban bajo un árbol, una de ellas era la persona que Daniel buscaba y el esposo de la otra mujer era un conocido mío que hacía varios años que no veía; como él me vio se vino al carro de Daniel a saludarme y Daniel fue a hablar con la persona que buscaba que resultó ser cuñada de Julio, mi conocido.
Julio, quien ahora está un poco grueso, ya no es el flacucho que era cuando dejamos de vernos, me presentó a su esposa, sus 2 hijos pequeños y nos quedamos conversando cerca del carro de Daniel. Julio andaba vestido únicamente con un pantalón corto de mezclilla y unas sandalias. Quizás por el calor no llevaba camisa. Él es un hombre de unos 37 años, muy blanco, ojos claros, su piel muy bronceada. Me di cuenta que no llevaba ropa interior ya que levantó su pierna derecha sobre una roca grande que estaba frente a él y pude observar parte de la cabeza de su pene que salía por entre el pantalón corto que llevaba.
Le hice saber lo que había visto
- Julio se te está viendo la cabeza de tu verga por un lado del pantalón
- Ah, si? no me había dado cuenta, es que no llevo ropa interior – Pero no bajo su pierna -
Seguimos conversando y me daba cuenta que ya no solo era la cabeza de la verga lo que salía de su pantalón corto sino una parte de esta, por cierto bien gruesa; obvio que se estaba poniendo cachondo y dice
- Armando, me estoy poniendo cachondo, es que me gusta como me miras mi verga
- ¿Te gustaría que te baje la excitación? Si quieres vamos a comprar unas cervezas solo los dos. Le pido prestado el auto a Daniel y buscamos un lugar cerca.
- Para mañana es tarde.
Le dije a Daniel, me dijo que si, con una mirada extraña. Julio se sentó en el asiento del acompañante y poco después que arranqué el auto se sacó el pene, de unos 16 cms. grueso, circuncidado, en verdad muy apetecible, me gustó mucho
- Tócalo
- Está bien duro, ¿quieres sacar el mío?
- Claro que quiero ver eso que se te nota lo tienes bastante grande y queriendo salir de su encierro,
Daniel me bajó la cremallera, soltó el botón de mi pantalón y sacó mi pene
- Guao Armando, estás muy bien dotado, mucho más que yo, y que grueso lo tienes, ¿dejas que te mame?
- Dale, dale
- Y empezó a chuparme muy rico metiéndose en la boca un buen trozo de mi verga
- Que rica verga, recién bañadita
- ¿Te gusta?
- ¿Sabes? siempre quise hacer esto contigo
- Lo sé, y yo también lo quería, al fin se nos dio
Entramos a una parte desierta de la carretera, nos bajamos del carro y empezó una de las culiadas más deliciosas que he tenido. Nos chupamos las vergas de ambos, el ojete, las tetillas, la verdad todo el cuerpo, estábamos demostrando que nos teníamos unas enormes ganas mutuas, era obvio lo que habíamos dicho antes. Después de un buen rato de chupeteos y de ponernos bien cachondos Julio me pregunta
- Armando, ¿traes condones?
- Siempre ando, ¿Qué quieres?
- Quiero que me des una buena culiada, hace años que nadie me ensarta una buena verga y si tu quieres hoy se me dará
- Con todo gusto, pero la tienes que aguantar toda, ¿si?
- Claro, me tienes calientísimo, ¿cuánto te mide?
- 21 cms
- Ni para qué pregunto si de todas maneras me va a doler y la quiero toda dentro de mi
- Pues ya te la entierro todita
Julio recostó su pecho sobre la parte delantera derecha del auto, con sus manos se abrió sus nalgas mientras yo me ponía el condón y como no teníamos gel, cada quien se ponía un poco de saliva en su parte sexual
- Armando, ten cuidado al meter, como te dije hace varios años que no me meten una buena verga y la tuya es de cuidado
- Tendré cuidado – y empecé la metida suavemente -
- Así, así, que rico se siente – se la iba ensartando poco a poco hasta que se la metí completa
- Julio, pero parece que no te dolió, te entró más rápido de lo que pensaba
- Eso crees, me dolió muchísimo pero me aguanté, ¿es que crees que un vergón como el que te tienes es fácil de aguantar? Pero lo que si es que está delicioso, siento como la primera vez cuando tu primo Daniel me desvirgó
- ¿Hablas en serio, Daniel te desvirgó?
- Claro que si, estábamos en secundaria, muy jóvenes pero cuando me lo hizo me dolió muchísimo, quizás porque para ambos fue la primera vez, yo le desvirgaba la verga y él me devirgaba el culo
- ¿Y te gustó?
- La verdad no tanto aunque en esos tiempos se podía hacer sin condón y lo que si me gustó fue la cantidad de leche que me dejó dentro, muchísima que vi más tarde cuando evacué con un poco de sangre, pero quedé dolorido por varios días
- ¿Y mi verga, te gusta tenerla dentro?
- Me encanta, es la segunda que me ensartan, va quedando en familia
Mientras me contaba esto ya yo estaba trabajando su culo, le estaba dando fuerte y se notaba cuanto lo estaba disfrutando, a mi me excitaba mucho lo que me hablaba mientras me lo cogía
- Daniel la tiene un poco menos grande que la tuya pero las muchas veces que me ensartó después ya fue muy rico, hasta que ya nos hicimos de novias y no volvió a pasar
Durante los siguientes 10 minutos Julio demostraba cuanto le estaba gustando la ensartada que le estaba dando; se quejaba de placer, sus gritos se escuchaban como a 1 km de distancia, me pedía que le diera fuerte, decía frases que me hacían querer tener un pene mucho más grande para meterle
- Que rica verga Armando, dale, méteme más, hasta la bolas si puedes, que delicia, me vas a hacer ver estrellas
- Es tuya mi rey, cómetela toda
- Dámela toda, sácala toda y vuélvela a meter, hazme sentir que te gusta culiarme como a mi me gusta que me estés culiando
- Allí te va, es toda tuya, apriétala asi, que rico culo
- Armando, me estás haciendo venir, uyyyy, uyyyy, que rico, que rico, clávame, ahhhh, más, más…
Lo más delicioso de todo es que Julio no se estaba masturbando ni yo se lo hacía ya que sus manos las tenía en mis nalgas para hacer más fuertes las embestidas. De repente su leche empezó a salir gracias a la presión de mi verga dentro de su culo, lo que pude comprobar después cuando sobre la tierra había gran cantidad de su leche regada por todas partes y mientras eso pasaba yo estaba tirando dentro el condón con una gran cantidad de leche porque cuando Julio se venía me apretaba más fuerte mi verga y me estaba haciendo venir con mucho placer
- Allí te va mi rey, que estoy dando mucha leche, si, si, aprieta así que yo me estoy viniendo, ahhhhhh, así, así, que delicioso culo…
Cuando esto ya había pasado, le saqué la verga del culo y ambos vimos la cantidad de leche que yo había dejado.
- Armando, ¿solo traías un condón?
- No, siempre cargo varios,
- Es que quiero culiarte, ¿te dejas?
- Como premio te dejaré culiarme rey
Después de un rato de estar masajeando nuestros penes, volvieron a crecer, nos chupamos mutuamente, Julio me pide que me siente en el sillón trasero del auto, ponga mis piernas hacia arriba que quiere verme bien el hoyo. Lo mira detenidamente,
- Me encantan los pelos de tu culo
- Y te digo algo, me vas a desvirgar ya que nadie e ha metido nunca una verga asi que hazlo con cuidado
- Primero te lo voy a chupar para hacer que quieras verga, que me pidas verga y aunque se que no tengo una gran vergota quiero que estés bien caliente para cuando te la meta
- Julio, pero la tienes gruesa
- Lo sé pero verás que te va a doler poco
Julio empezó su trabajo de desvirgue de manera muy sutil, después de una chupada prolongada lo que me excito grandemente empezó a meter su verga muy, muy despacio. La sacaba para volver a utilizar su lengua logrando excitarme a extremos, esto lo hizo varias veces hasta que logró que yo tuviera dentro todo el pedazo que me ofrecía, de verdad casi sin dolor, pero si sentía un poco de molestia
- Julio me arde un poco
- Lo sé, y veo las manchas de sangre que están en el condón, pero pronto se te pasará, ya verás, en unos días vas a querer otra ración
A los pocos minutos Julio ya me estaba metiendo y sacando su verga completa y no sentía dolor, había logrado excitarme mucho y con su mano derecha me masturbaba para que sintiera más rico, hasta que me grita
- Armando, ya casi me vengo, ya, ya, ahhh, ahhhh, uyyyyy que delicia, que delicia
- Dame tu leche mi rey, todita, si, si
- Es tuya, ahhhhhh, ahhh
Después de venirse me sacó su pene y se metió el mío en su boca, haciéndome una mamada que me hizo venirme en su boca y cómo me gustó, Julio si que sabía como hacer sentir que otro hombre disfrutara con él. Me dejó la verga limpísima.
- ¿Te gustó?
- ¿Qué si me gustó? Me encantó, tu culo, tu verga, tu boca, todo me hizo ver constelaciones de placer. Eres un excelente amante
- Gracias, tu eres fabuloso también y me gustaría volver a repetir
- Y ¿qué te parece si incluimos a Daniel y hacemos un trío de placer?
- ¿Crees que él acepte?
- Por la mirada que me dio cuando le pedí las llaves del auto para supuestamente ir a comprar las cervezas, que por cierto debemos llevar, le vi las ganas que sentía que ser él en vez de mi el que fuera contigo
- Ah, y hasta ahora lo dices
- Claro, sino me hubiera perdido de estar contigo y te deseaba a gritos
- Pues si es así, entre más pronto mejor, ahora le dices a ver si acepta
- Bien, pero una pregunta Julio, ¿tu desvirgaste el culo de Daniel?
- Nunca quiso que yo le diera verga, me decía que él era el hombre, ja ja ja
Continuará…
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Codigo do Relato
3926

Categoria
Gay

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