Los descuidos de Ana
( Relatos Cuerno )


Hacía tiempo que lo sospechaba. Ella no es muy cuidadosa.
Yo venía disimulando la realidad pero en varias oportunidades se hacía imposible no percatarse que Ana, mi esposa, había sido cogida en mi ausencia.
Las marcas clásicas que dejamos los hombres a las mujeres cuando el sexo se desata resultaban muchas veces indisimulables.
Ya no tenía dudas de que Ana se entregaba cuando yo estaba en el trabajo.
Esa noche había confirmado la sospecha. La bombacha en el canasto del baño tenía un abundante grumo de semen.
Por la posición de la mancha en la tela se me antojo que la habían llenado y al no limpiarse la leche le había salido presuntamente de su culo y había recalado en la bombacha. El esperma aun parecía fresco por lo que calcule que a mi esposa le habían cargado el tanque pocas horas atrás.
Decidí investigar un poco más y fui a la cocina donde Ana estaba lavando los platos y estimulándola con algunos arrumacos la fui calentado para observar sus intimidades.
A esta altura debo confesar que me guiaba más el morbo de saberla culeada por otro que la necesidad de confirmar su infidelidad.
A fuerza de manoseos le deje el culo al aire para luego, simulando besos y mordidas de nalgas abrirle la zanja y mirarle el agujero del culo.
No había dudas a la muy puta le habían lijado muy bien el culo. Lo tenía rojo y aun algo abierto, además se le notaban las marcas de los dedos en las ancas. Sin duda el que la abrocho había considerado hacerle abrir el orto mediante el convincente batir de palmas en su cola.
Resumiendo, En un rato había confirmado inobjetablemente que a la putona de mi mujer ese miércoles, mientras yo estaba diagramando la estrategia de ventas de la empresa en la que trabajo, se la habían cogido hasta por el culo llenándoselo de leche
La verdad no estaba sorprendido, nunca dude de ella, Cuando la conocí estaba de novia con un pobre diablo al que dejo 10 días antes de casarse conmigo, me la estuve garchando durante varios meses mientras ella estaba comprometida con el cornudo.
La verdad es que yo no soy celoso por eso no se me acaba el mundo al confirmar que la muy trola no puede mantener la bombacha en su lugar.
No me caía bien, seré sincero, considerar la posibilidad que en el edificio donde vivía todos supieran que a mi mujer se la garchaban en cuanto me iba a trabajar, y conociendo lo gritona e ilustrativa que es mi mujer cuando la están bombeando, intuía que eran varios los que conocían mis cuernos.
Además, me intrigaba a quien o quienes mi queridita señora le abría la puertas de mi casa para que ellos le abrieran mejor las puertas de su cuerpo. Tenía a varios en la lista de posibles amiguitos, pero no eran más que sospechosos.
Esa noche, en la cama me hice chupar bien la verga y me la cogí hasta por las orejas.
En lo más caliente de la velada la fui ubicando boca abajo y con mi pija bien clavada en su cola le empecé a preguntar porque tenía el orto tan elástico. No me contestaba pero note su sorpresa ante mi pregunta.
Le dije, por último, mientras disparaba el ultimo chorro de leche en su culo
-ahora podrás cagar toda la guasca del día de una vez, putita.
Ella hizo que no me escucho, se tapó con la sabana, se dio vuelta y apretando sus nalgas contra mi pija se dispuso a dormir.
Yo, mientras escuchaba los pedos que se le fugaban de su invadido culo, me prometí esa noche que no pararía hasta saber quiénes como y cuando se la culeaban.


Comentarios


Buen ralato me gusto mucho!! descubirte algo??
perfil guduwino
Es un relato muy creible y hasta me parecio sincero. La excitacion que resulta de tu descubrimiento solo puede ser comparable con el de ella al lograr que tu la descubrieras. El final perfecto es habertela cogido duro para sintetizar que tu sabes que ella puede ser muy puta pero que tu la montas cuando quieres.
perfil Dolores


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4614

Categoria
Cuerno

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