compartiendo a mi tia
( Relatos Em Grupo )


Durante un buen tiempo ya había estado teniendo aventuras con mi tía, todo era típico ya que estábamos en su casa y no podíamos liberarnos al máximo. Un día como por sorpresa recibí una llamada de mi tía diciéndome que venía de vacaciones a mi casa, pero que no quería llegar sin antes vernos en otro lado, así que me pidió que fuera por ella a la central camionera y que se ahí nos fuéramos al motel más cerca por que ya no aguantaba las ganas de volver a estar conmigo. Llegamos al motel y pedimos una habitación de lujo, a diferencia de la primera vez que estuve con ella esta vez ya tenía mucha más experiencia en el sexo. Entramos a la habitación y ella de inmediato se metió al baño, al cabo de 5 minutos salió con un espectacular juego de lencería que casi provocaba que me viniera no más al verla. Ella se abalanzo encima de mí y quiso como siempre tomar la iniciativa, esta vez la detuve y ella se quedó extrañada pensó que la iba a rechazar pero cuál fue su sorpresa le dije que se quería mi trozo de carne tenía que ganárselo y que quería que me bailara, ella al principio se sonrojo con el baile pero poco a poco se fue soltando al grado que parecía una puta profesional. Después de un rato de baile le dije que veríamos una película porno idea que a ella no le agradó mucho a pesar de ser infiel a mi tío y de ser mi puta era un tanto reservada, pero ni modos si quería hombre tenía que hacer lo que yo dijera así que por un rato vimos una película la cual ella quedo sorprendida con las imágenes que ahí había visto. Ahora si era la hora de darle se merecido, le abrí las piernas y comencé a besar desde sus pies hasta sus caderas, evitando tocar su conchita, esto para provocarle cada vez más ganas, así estuve un rato hasta que escuche que me dijo “ya cómetela mira como me tienes” eso me encendió y le dije que si la quería tenía que rogarme porque la diera y así fue como empezaron a salir sus suplicas pidiendo que me la cogiera, poco a poco le fui dando una mamada como nunca lo había hecho, estimule al máximo ese rico botoncito provocándole que diera fuertes gritos de placer, esparcía esa miel de su conchita por todos su labios y poco a poco fui bajando a su culito, lo cual me percate que le extraño así que le pregunte que que pasaba y me dijo que nunca antes le habían tocado y besado ese hoyito que eso era nuevo para ella. Eso me calentó al 100 y me enfoque en ese culito apretadito y virgen. Después de un rato le dije que me lo mamara hasta que me lo dejara rojo de tanto roce, así fue se pasó como 30 minutos con mi pito dentro de boca, se lo metía hasta el fondo. Después de un rato le dije las mismas palabras que ella me dijo la primera vez “ahora si ya es hora de empezar la acción”. Así que la puse en cuatro y le pegue su cara a la cama dejándome sus hoyitos totalmente a mi disposición, coloque mi verga en la entrada se su conchita y de un solo empujón se la metí hasta que mis huevos chocaron con su piel. Así estuve un buen rato con un rico mete y saca hasta que me vine dentro de ella, ella solo gemía como una perra en brama, era toda una puta. Le dije que me lo limpiara con su boca que no dejara rastro de su miel y de mi leche y así fue lo dejo brillando de limpio, mientras lo limpiaba tome el descanso suficiente para recobrar la fuerza a sí que la volví a acostar en la cama boca-abajo y con unas cintas de las cortinas le amarre las manos a cabecera de la cama, ella cada vez se admiraba más de la experiencia que había adquirido ya no era más ese mismo niño al que le quito lo casto, le abrí sus piernas y tome la botella de shampoo para burbujas del jacuzzi, lo derrame sobre sus enormes nalgas y con mi verga poco a poco lo fui esparciendo y colocando una porción en la entrada de su culito, cada que rosaba mi verga en su hoyito ella se estremecía y gemía. Una vez lleno de jaboncito comencé a acariciarlo con un dedo y poco a poco se lo fui metiendo, ella intentaba quitarse me decía que le iba a doler y que no quería, eso me molesto y le dije “eres mi puta y aquí se hace lo que yo digo, así que mejor vete relajando”. Después de un rato de jugar con su hoyito se fue dilatando aunque no lo suficiente como para que mi verga dura y gruesa entrara con facilidad pero que más da era mi damisela y se tenía que aguantar, acomode mi verga en la entrada de culito y poco a poco se lo fui metiendo hasta que paso mi cabeza, ella intento sacarme y realizo un forcejeo, me dijo que no me pasara que ella cogía conmigo pero con ciertos límites, le dije que no que ahora me tocaba a mi regresarle el favor y enseñarle algo nuevo, así que la volvía a acomodar y le di una fuertes nalgadas para que se tranquilizara, nuevamente acomode mi verga en su culito y esta vez sin consideración se la metí de un solo empujón, ella solo grito de dolor pero conforme iba entrando y saliendo se iba relajando y le iba agarrando gusto. Al poco de unos minutos solo se quejaba de placer y me pedía a gritos que le diera más fuerte, así lo hice y en poco tiempo inunde su culo con mi leche, que en cuanto me sali le escurría mi leche con pequeños hilos de sangre del desgarre. Por fin su culito había sido desvirgado. La solté de las manos y me dijo que le había dolido pero que le había encantado. Nos quedamos dormidos del cansancio, así nos quedamos un buen rato hasta que sonó mi celular era un cuate que vivía por la zona, una loca idea se me vino a la mente, le dije que se fuera al motel y que pidiera entrar al cuarto 56 que yo avisaría a recepción para que le dieran acceso, al cabo de unos minutos tocaron a la puerta y se despertó mi tía un poco asustada, le dije que se calmara que había pedido algo de tomar y que seguro me habían llevado las bebidas que ahí me esperara que siguiera durmiendo. Cuando abrí era mi cuate, lo llamare Luis, le dije que pasara y le conté sobre mi plan de hacer un trio con mi tía, de inmediato acepto y entramos, llegue yo primero y acostándome sobre mi tía le vende los ojos diciéndole que le tenía preparada otra sorpresa que la acción aún no había terminado. Comencé a tocarla nuevamente, acariciaba su conchita y le metía uno de mis dedos, era momento de que Luis se acercara a la acción, yo solo usaba una mano al igual que Luis para que mi tía no diera cuenta de que había más manos. Me acosté y la senté sobre mí para que cabalgara, mi tía inmediatamente empezó un mete saca exquisito, al poco tiempo la abrace contra mi pecho y la tome con fuerza para que pudiera Luis hacer su labor, cuando coloco la punta de su verga en el culito de mi tía ella intento zafarse y me dijo que que estaba yo haciendo que si estaba loco o que, solo le dije que se relajara que era mucho pastel para una sola boca así que había invitado un amigo, en eso le destape los ojos y al ver la verga de mi amigo más grande que la mía se emocionó y solo pidió que no la lastimáramos. Seguimos mientras yo le daba duro por su conchita Luis le puso el pito en la boca para que le diera una buena mamada, le dije a mi tía que no me fuera hacer quedar en mal que se esmerara, así estuvimos un buen rato en un mete saca maravilloso el cuerpo de los tres se acoplo rápido al mismo ritmo. Luis le retiro el pito de la boca y le dijo que era tiempo de comerse ese apetecible culito, cosa que mi tía no quiso porque dijo que no le iba a caber así que por el momento decidimos que Luis le diera por su conchita y yo me comería su culo, Luis se la empezó a meter pero por el tamaño mi tía dijo que parara que no se la metiera toda que nunca había tenido tremendo animal en esa cuevita, así que todo el ambiente se tornó delicado parecíamos unos enamorados en lugar de unos hambrientos de sexo, todo fue con un ritmo tranquilo, en cada embestida mi tía daba gritos de placer parecía que iba a desmayar. Así estuvimos hasta que otra idea loca surgió, saque mi pito de culito y junto con el de Luis lo coloque en la entrada del conchita de un solo jalón su conchita tenía dos pitos adentro, rico mete y saca apretado por las dos masas de carne que ahí se alojaban. Ella solo suspiraba y pedía más y más a gritos. Ella fue la primera en tener un orgasmo sus dulces mieles escurrían por los pitos duros, se lo saque y se lo di en la boca para que le diera una fuerte succionada y lo dejara seco, mientras ella se esmeraba Luis no lo pensó dos veces y le tomo las caderas, coloco su pito en la entrada de su culito y de una sola embestida se la metió toda, a mi tía se le salió una lagrima y un grito de dolor más fuerte que cuando la desvirgue. Después de un rato Luis inundo su culito de leche caliente y así terminamos los tres rendidos.
El tiempo del cuarto del motel estaba por terminar así que no quedo tiempo de descansar, nos metimos a bañar mi tía y yo, mientras que Luis se vistió y se esfumo. Cuando salimos de baño ya más relajados me dio un gran beso y me agradeció por compartirla con Luis, pero eso sí solo prometió ser mi putita y lo seria de alguien más únicamente si yo le pido.

Foto 1 del Relato erotico: compartiendo a mi tia

Foto 2 del Relato erotico: compartiendo a mi tia

Foto 3 del Relato erotico: compartiendo a mi tia

Foto 4 del Relato erotico: compartiendo a mi tia




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