En el Metro
( Relatos Gay )


Mi nombre es Enrique y lo que aquí narro me ocurrió cuando tenía 14 años. Yo estudiaba en un colegio que estaba situado en el final de una línea de Metro, vivía en la otra punta, por lo que todos los días recorría la línea completa. Un día, a las seis de la tarde, como otros días, tomé el Metro, iba lleno de gente como siempre. Te tenías que meter a empujones para no quedarte en el andén, el sentarte era imposible porque las señoras colocando el bolso por delante arrollaban a todo el que se les ponía por delante. Bien, ese día me pude colocar con la espalda pegada a un respaldo de los asientos, saqué un libro y me puse a repasar la lección del día siguiente. Cada vez entraba más gente y estábamos más juntos. Pasado un rato noté un roce en el pantalón, no de alguien que empujaba sino como algo que se paseaba por la pierna. Miré adelante y pegado a mí estaba un señor que parecía miraba para otro sitio, pero yo iba notando cómo su mano cada vez apretaba más mi pierna y se dirigía hacia mi entrepierna hasta que noté como me apretaba mi polla, que se estaba poniendo cada vez más inflamada. Me dieron ganas de salir corriendo pero no podía ser ya que era imposible moverse. Mientras la mano me abrió los botones de la bragueta y se metió dentro del pantalón, tocándome por encima del calzoncillo, que era como los bóxer de ahora pero abiertos por delante y con un botón arriba, por lo que enseguida entró en contacto con mi ardiente polla, yo ya no pude más y me quedé quieto mientras él iba acariciándome la polla y mis huevos. Se apretó aún más si cabe y con la otra mano me empezó a tocas las nalgas, bueno lo que podía, Yo me eché sobre él para poder separarme del respaldo del asiento y que me pudiera acariciar también por detrás, en este momento ya se me había olvidado el salir corriendo y me quedé muy a gusto con lo que estaba ocurriendo. Tanto sobeteo que ocurrió lo normal, eyaculé en su mano y el señor, sin inmutarse, sacó un pañuelo y se limpió y me limpió. Ya estábamos llegando al final y en un movimiento del Metro se arrimó a mi oído y me preguntó si me bajaba en la última parada, con la cabeza dije sí. Muy suavemente me dijo que le siguiera una vez estuviéramos fuera de la estación, cosa que hice una vez que salimos. Iba detrás de él hasta que llegamos a una calle semidesierta que daba a un descampado, allí se volvió y me dijo, ven, estate tranquilo, y sígueme. Fuimos hasta una zona arbolada y allí, en una piedra se sentó y me dijo que me desabrochara la camisa muy despacio, que la dejara abierta, una vez hecho esto, empezó a acariciarme el pecho hasta que mis pezones se pusieron tensos y mi polla empezaba a ponerse también. Me quitó la camisa y fue bajando sus manos por mi cuerpo hasta el pantalón, y empezó a desabrochármelo y tiró de él hacia abajo, dejándolo a la altura de las rodillas y así metió la mano dentro de la abertura del calzoncillo y empezó a masajear mi rabo, de repente me dijo, desnúdate deprisa y quítate también los zapatos, así lo hice. Cuando estaba desnudo me hizo dar una vuelta sobre mí mismo para que me viera bien y me ordenó que me agachara sobre sus piernas, quedando mi estómago sobre ellas, entonces empezó a separar mis nalgas y a acariciar mi orificio y empezó a meter dentro un dedo, cosa que me excitó mucho. Cuando estaba así empecé yo a acariciar sus piernas, a lo que él me dijo sigue sigue, y subí las manos hasta su cintura y le empecé a meter la mano dentro de la camisa y a acariciarle su pecho; de repente me puso de pie y me dijo, acaríciame despacito. Yo comencé a desabrocharle la camisa y el pantalón y se lo bajé, quitándole también los zapatos. Con la boca fui tirando de su calzoncillo hasta que se lo quité. A partir de ese momento comenzamos a sobarnos mutuamente, en el pecho, muslos, rabo y a masturbarnos recíprocamente hasta llegara a eyacular los dos a la vez y entonces hicimos un 69 y nos limpiamos el semen que se había escurrido. Descansamos un poco y seguimos con la fiesta hasta que volvimos a eyacular y de nuevo a hacernos mutuamente una mamada completa. Nos vestimos y fuimos hasta la boca del Metro, desde donde cada uno continuamos hacia su destino.




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Codigo do Relato
729

Categoria
Gay

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