Por causa del destino
( Relatos Heterosexuales )


Por causa del destino


Desgraciadamente, nadie puede escoger la familia a tener. Este es mi caso. Pertenezco a una familia muy diferente. Mi tio es una persona bastante adinerado, mientras mis padres son bastante modestos. Mi padre y mi madre trabajan, igual que yo, para poder mantener a duras penas la hipoteca, la comida y alguna otra cosita mas.

Mis tios, tienen un hijo varón que es una desgracia. Es egocentrísta, prepotente y arrogante. Piensa que solamente él tiene la razón en todo, y que el criterio de los demás no vale. Es tan estúpido, que en la misma noche de la recepción de su boda, lo encontraron su flamante esposa, su suegra y su madre, haciendo el amor con una de las invitadas. Con esto se pueden hacer una idea de lo que es Leandro o Le como lo llamamos.

Yo me llamó Gustavo, pero todos me llaman Gus, tengo 23 años y estoy terminando la carrera de Arquitectura. Como ya les dije, vengo de una familia bastante modesta pero eso si muy feliz.

Cierta noche llegaba de la universidad, cuando mi madre llamada Marta me llamó y me dijo que deseaba que mañana fuéramos a casa de mis tios a visitar a Le, porque esta había sufrido una accidente y tenía las dos piernas rotas. Le dije que no yo deseaba ir, pero ante la insistencia de mi madre accedí acompañarla.

Al día siguiente llegamos a media mañana, fuímos recibidos por la empleada de servicio, quien nos anunció a mis tios, quienes nos atendieron bien por así decirlo. Entre conversación y conversación se hizo casi medio día, y nos invitaron a almorzar. La conversación se puso muy amena (raro en ellos), recordando tiempo de juventud. (de ellos). Al llegar la tarde, procedíamos retirarnos, cuando a mi tia se le ocurrió invitarnos para el largo feriado de fin de semana (4 dias), ya que no iban a salir por la situación de Leandro.

Llegado el día acudimos a la invitación – yo a regañadientes – Mi padre iba interesado en hablar con su hermano y pedirle ayuda en un negocios que deseaba hacer. Al llegar nos acomodaron a mis padre en una habitación y a mí en otra habitación cercana a la de Leandro. De mala ganas tuve que ir a hacerle compañía a mi primo, cuando éste me vió, se sorprendió y tomó la misma actitud de siempre. Traté de llevarla la conversación hasta que no pude mas, y cuando me disponía a salir llegó una preciosa nena de pelo negro, grandes ojos verdes, piel bronceada y un cuerpo exquisite entraba a la habitación. Yo me quedé alelado y con la boca abierta. Leandro me sacó de mi embelezo y me dijo Mira Gus, es mi mujer Tina. Ella sin lugar a dudas debió dares cuenta de la impresión que me causó y mirándome fijamente a los ojos y con una sonrisa angelical me dijo: encantada. Hecha la presentación me retire.

Durante el resto de la mañana no pude dejar de pensar en Tina. Era la imágen de ella grabada en mi mente y yo me recreaba con su recuerdo.

Mi tia me invitó a que me bañara en la piscina a lo que agradeció y Efectivamente me cambié y fuí a disfrutar de la misma. Como una dos horas después, oigo unos pasos que se acerca y me doy cuenta que es Tina, pero esta vez en un bikini. Todo mi cuerpo se estremeció al verla. Ella se percató de aquella y me dijo Hola Gus, te pasa algo? Le respondí que nada que todo estaba bien. Se acercó se quito la mantilla que llevaba puesta y se acostó a tomar el sol no sin antes untarse el bloqueador solar por todo su bello cuerpo. Yo miraba embelezado todos sus movimientos.
Pasaron los minutos y me comenzó hacerme conversación, de que de dónde era, qué hacía, si estudiaba, cosas así por el estilo. Yo también comencé a preguntarle cosas, como si no estudiaba, a qué se dedicaba. Poco a poco nos fuimos tomando mas confianza, hasta que me dijo que prefería que la llamara Tina, yo le dijo que me gustaba que me llamara Gus. Le pregunté acerca de su matrimonio con mi primo y me dijo mejor de eso no hablemos, la estamos pasando bien, para qué dañarme el día. Eso me sonó como una alarma de su desgracia en el matrimonio. A leguas se veía que no era feliz. Así que preferí enrrumbar la conversación por otro rumbo. Le conversaba nuestras correrías con mis amigos y amigas, nuestras diversiones, bailes, juergas, parrandas y demás distracciones que teníamos. Ella me miraba con cara de envidia y me dijo, me alegra que ustedes pueden divertirse en todo momento y en todo lugar. Lo que es yo, como ves, aquí en esta jaula de oro, aburrida y sin perspectivas. Le dije que si quería, podríamos salir a la ciudad a divertirnos un poco con mis amigos o solos, como ella quisiera. Ella me dijo estas seguro? Le dije claro que si. Cuando tu quieras podemos ir. Ella me dijo Vamos a ver cómo le hago para salir de aquí.
Por la tarde se acercó y me dijo, podemos ir ahora en la noche? Bueno le respondí, a qué hora te gustaría ir, ella me dijo a eso de las siete te parece bien, bien le dije me avisas, ok?

El resto de la tarde me la pasé entusiasmado, iba a salir con una preciosura de mujer. Pero cómo iba a hacer ella para salir? Qué excusa iba a dar para hacerlo?
No se qué excusa dijo pero llegada las 7 de la noche, estaba lista para salir conmigo. Sacó su carro, un Porshe negro deportivo, y me dijo puedes manejar? Una vez fuera de la propiedad, le pregunté a dónde quieres ir? Ella respondió a dónde te diviertes con tus amigos. Llegamos a la discoteca en la que nos reunimos siempre, y se la presenté. Todos quedaron impresionados por la belleza de ella. La verdad estaba para comersela. Inmediatamente se hizo amiga de todos, tanto de varones como de mujeres. Ya era parte del grupo. Bailamos, reíamos, bromeábamos, etc. La estábamos pasando muy bien. Tragos van, tragos vienen, nos encontrábamos ambientados. En el grupo hay una pareja de recién casado, que daban muestra de cuánto se amaban. Se acariciaban, se cuidaban se mimaban y se besaban constantemente. Tina los observaba detenidamente, la ví y le dije por qué los miraba tanto? Ella me respondió, ellos viven una felicidad a flor de piel, mientras yo vivo la mayor de mis desgracias. Por qué dices eso? Le dije, Acaso no tienes tu futuro asegurado? Nada te falta, todo lo tienes. Todo ella me dijo, todo, eso es lo que crees. Como tu dices lo tengo todo y no tengo nada. No soy feliz dijo y se puso a llorar, yo la abracé y la trataba de consolar. Ella se abrió ante mí y me contó la odisea de su vida junto a Leandro. Me contó su desgracia, su infelicidad y su decepción junto al marido que tenía y que Desgraciadamente había elegido. Yo la consolaba dándole besitos en la frente y el cabeza y diciéndole frases cariñosas, y abrazandola con cariño.
Después de un rato, ella me dice dichosa la mujer que te tenga. Yo le dije no tengo a nadie. Cómo - dijo ella, si tu eres un encanto de hombre, tierno, cariñoso, y lindo. Eso crees en realidad le pregunté. Si claro que si, tu eres eso y mucho más, lástima que ….. y se calló. Lástima de qué le dije, pero ella no quiso hablar nada mas, y me dijo mejor regresamos a la casa, ya es tarde. Me la quedé mirando y no aguanté mas las ganas de decirle lo que pensaba, y le dije, Yo si pienso que es una lástima, pero de que estés casada con el tarado de mi primo, Tu si eres una preciosura de mujer, una mujer que me llenaría totalmente mis anhelos y deseos, una mujer que me haría feliz por siempre, y por la que me desviviría por hacerla feliz. Tu eres la mujer de mis sueños, y dicho esto me retire. Ella se quedó perpleja por mi confesión y me siguió diciéndome Espera espera, eso realmente crees de mí? Mirándola a los ojos le dice Eso y mucho más. La tomé en mis brazos y la besé suavemente, ella respondió a mi beso y se apartó, me miró a los ojos y me besó nuevamente. Estuvimos besándonos por mucho tiempo, hasta que llegaron nuestros amigos e interrumpieron diciéndonos que ya se retiraban por que era tarde. Nosotros también lo hicimos, nos despedimos y tomamos rumbo hacia la casa. En el camino ella iba apegada a mi pecho y de vez en cuando me besaba en los labios. Cuando estábamos por llegar a la casa, detuve el auto para volver a besarnos. Ahora los besos eran mas ardientes y fogosos. Estábamos excitados, nos deseábamos, queríamos amarnos a como fuera. Le dije que quería hacerla mía, ella me miró y me dijo Yo también lo deseo, vamos a dónde tu quieras, vamos.
Nos fuimos a un motel privado. Ni bien entramos, ya estábamos besándonos ardientemente. Nos comenzamos a desvertirnos mutuamente, acariciando nuestros cuerpos. La recosté sobre la cama y comencé a acariciarla con mis besos. La besaba por doquier, su cuello, fui bajando lentamente a sus senos, los que los besaba y chupaba sus pezones deliciosamente, jugaba con ellos, los chupaba, los mordía suavemente, los jalaba con mi boca hacía que ella gimiera de placer. Se retorcía en respuesta a cada una de mis caricias. Seguí bajando por su abdomen, hurgaba con mi lengua lentamente haciendo que ella se desesperara cada vez mas y mas. Al llegar a su entrepierna, me abrí hacia sus deliciosos muslos, lamiendo la cara interna de ellos. Pasaba del uno al otro, disfrutaba saboreando su cuerpo, mientras ella arreciaba su contorsión del cuerpo cada vez mas fuerte. Con la punta de mi lengua la pasé sobre su bien lubricada vulva haciendo que ella pegara un brinco alzando su pelvis para tener mejor contacto con mi lengua. Estaba completamente mojada. Pasaba mi lengua de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, ella movía su pelvis en forma desesperada mientras gemía fuertemente y me agarraba mi cabeza contra su fuente de placer, diciéndome, ya papito por favor que no aguanto mas, métemela por favor. Yo seguí el jueguito con mi lengua hasta que se la metí buscando su clítoris, lo que provocó que llegar su primer orgasmo, se tensó fuertemente hasta que acabó. Seguí mamando su vulva, lamiendo sus labios interiors, se los chupaba, le chupaba el clitoris, lo que hizo que se recobrara inmeditamente, me agarró de los cabellos apretando mi cara contra su delicioso concha, yo estaba disfrutando de ese maravilloso néctar que manaba de su interior. Era un delicia para mi paladar. Tanto ella como yo, estábamos en la gloria, yo degustaba de sus jugos, como ella disfrutaba de la mamada a su clítoris que le estaba dando. Al rato en medio de fuertes gemido se vino otra vez. En esta ocasión ella se levantó y me tumbó en la cama. Agarró mi pinga y se la llevó ansiosa a la boca comenzando a chuparla, a mamarla deliciosamente. Al rato la viré y nos pusimos a hacer un rico 69. Nos estábamos dando el placer que deseábamos mutuamente. Sentí que se contorsionaba y le dije que me iba a corer, ella apretó mas su boca a mi pinga lo mismo que yo le hice y llegamos a un orgásmo mutuo en nuestras bocas. Uhmmm que delicia, que rica sensación que nos derrumbó en la cama.

Nos acostamos, no decíamos nada, solamente nos mirábamos y nos besábamos tiernamente. Al cabo de unos minutos, nuestras caricias fueron haciéndose cada vez mas intensas. Ya estábamos listo para comenzar nuevamente. Ahora era ella quien tomaba la acción en sus manos. Estando sobre mí, me besaba la boca con unas ansias únicas. Me besaba el cuello, el pecho, jugaba y mordía mis tetillas. Hacía exactamente lo que yo le había hecho anteriormente. Finalmente llegó a mi pene, lo agarró con las dos manos y lo acariciaba, lo puso a punto de un hierro candente y se lo metió a la boca, dándome una mamada de padre y señor, uhmm que delicia como lo hacía. Se levantó y se sentó en mi abdomen y me dijo, Gus aunque no lo creas, creo que te amo y quiero que sepas que quiero estar solamente contigo desde ahora en adelante. Y dicho esto me besó en la boca, se acomodó y se puso mi pene en la entrada de su concha, sentándose suavemente, fue metiéndose toda. Después comenzó a moverse con muchas ansias, ella gemía y gritaba llena de placer y deseos. Te amo, mi amor, te amo gritaba mientras se movía y saltaba. Se lo sacaba hasta casi el glande y se lo metía nuevamente, saltaba y se movía en círculo, de atrás hacia adelante, parecía un torbellino lleno de lujuria. Me vengo, me vengo y se agitaba más rápido como tratando de incrustárse mi pene mas aún de lo que ya estaba, no paraba de moverse y gritar Que rico, papito, que ricoooooo y se vino nuevamente. Yo estaba que ya no aguantaba mas y se lo hice saber, y me dijo espera un rato , un rato si por favor, y seguía en su desaforado movimientos, de repente grita, me vengo , me vengo y llegó a una serie de orgásmos multiples que la llenaron de sumo placer. Sus gritos se asentuaron, sus ojos parecían desorbitados, estaba fuera de si. Los dos parecíamos máquinas de movimientos, no parábamos, nuestra pasión nos desbordaba, hasta que finalmente llegamos a un gran orgasmo juntos. Quedamos totalmente agotados. Ella yacía sobre mí diciendo que me amaba, que yo la puedo hacer feliz, y que ella también podría hacerme feliz. Que la llevara conmigo, que estaba dispuesta a dejar a su marido a pesar del escándalo que se pueda formar. Estaba decidida sin lugar a dudas.

Regresamos a la casa, bastante tarde en la noche. Su suegra salió a recibirla y la increpó por haber dejado a su hijo por tanto tiempo, estando postrado en cama. Ella le contestó enojada, que no solo lo había dejado en la noche, sino que lo iba a hacer por el resto de su vida, que se iba de la casa y punto. Dicho esto, dió media vuelta dejando a mi tia con la palabra en la boca, y se fue a su dormitorio (dormian en cuartos separadas desde el dia de la boda) a recoger algo de ropa y salió sin decir una sola palabra. Yo estaba sin comprender qué hacer. Ella no me dijo nada y se fue.

Al dia siguiente, ella me llamó a mi celular y me dijo para encontrarnos. Fui a verla y me dijo que estaba libre para poder seguir viviendo lo que habíamos comenzado la noche de ayer.
Meses después se divorcio pero con una excelente tajada de dinero por derecho propio.
Nosotros seguimos viviendo nuestro delicioso romance hasta el presente.

Govico1




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