ÁNGEL,EL JUGUETE SEXUAL DE MI CHICO Y YO(4º PARTE)
( Relatos Gay )


ÁNGEL, EL JUGUETE SEXUAL DE MI CHICO Y YO (4º PARTE)

4º PARTE


        Llevábamos 2 horas follando y aún nos quedaba un rato para corrernos. Hacía tiempo que no tenía erecciones tan duraderas. Exceptuando una ocasión en la que estuve durante 5 horas follando a un chaval, jamás he vuelto a experimentar folladas tan largas. Quizás, en otra ocasión, os la relate.

        Mientras hacíamos el “trenecito”, o sea, yo follando a mi chico mientras éste follaba a Ángel, no dejaba de pensar en la siguiente postura sexual que íbamos a realizar. Me daba un morbazo impresionante, jamás la había practicado aunque estaba harto de verla en vídeos porno gay, se trataba de propinarle una doble penetración a Ángel entre mi chico y yo.

        Ellos no sabían aún mi deseo sexual, pero estaba seguro de que ninguno de los dos iba a tener objeción alguna: a Diego, seguro que le iba a encantar. Su experiencia estaba siendo satisfactoria, ya que estaba disfrutando mucho mientras penetraba a Ángel y sentir mi polla junto a la suya dentro del culo de éste iba a ser genial. Por su parte, Ángel, no sé si ya habría experimentado tener 2 rabos dentro de su culito, pero, después de llevar 2 horas siendo penetrado, la dilatación anal seguro que era suficiente como para poder con nuestras 2 pollas a la vez, aunque bien es cierto, que ambas son pollas de considerable tamaño.

-        Amor, vamos a probar algo nuevo – le dije a mi chico al oído mientras ambos seguíamos follando sendos culitos –
-        ¿El qué amor? – Contestó él girando la cabeza mientras seguía embistiendo a Ángel –
-        …mmm…vamos a follarnos a la vez a Ángel…¿qué te parece? – le susurré al oído –

Diego no pudo contestar verbalmente, fue su expresión quien lo hizo. Sus cejas se elevaron, sus ojos se abrieron y dejó escapar una sonrisa mientras me miraba con complicidad con la boca abierta de par en par.

Ángel estaba gozando tanto con la polla de mi chico que ni se enteró de mis intenciones.

En ese instante, saqué la polla del culito de Diego, y me puse de rodillas tras mi chico. Tenía delante de mí su culazo, con las piernas ligeramente abiertas y su pollón bombeando dentro del culito de Ángel. Me metí por entre las piernas de Diego y con los dedos bien lubricados empecé a intentar meterlos por el ano de Ángel al mismo tiempo que Diego le follaba. Noté cómo Ángel dejó escapar un gemido de placer, lo cual me animó a seguir con la faena. Desde el lugar donde me encontraba, el olor que se respiraba era totalmente penetrante. Olía a sexo, a una mezcla de olor a polla, a culo, a huevos, a condón, pero que en ese estado de excitación me ponía aún más cachondo. Le introduje el dedo índice por completo y le movía al compás de la follada de Diego. Pronto noté que culeaba como pidiendo que metiera otro dedo más. Fui colocando mi dedo corazón en su orificio y poco a poco introduciendo igualmente. Sus gemidos eran aún más intensos. Pude comprobar, que la polla de Ángel no dejaba de emanar líquido preseminal, tenía un hilo de presemen que llegaba al suelo y que por cada dedo que introducía en su culo caía un goterón enorme de líquido preseminal al suelo mientras su polla se movía contraída varias veces. Con la otra mano, no pude evitar agarrarle la polla y estrujársela para que saliera todo ese líquido que refluía. Aproveché para pajearle fuertemente e impreganarme bien los dedos índice y corazón de esa otra mano, porque iban a ser los siguientes en ser introducidos en su culo. Mientras tanto, Diego notaba cada vez más resistencia al penetrar a Ángel, y eso le producía mayor placer por el contacto más intenso con el ano y dedos míos. Cuando tuve los 4 dedos introducidos junto con la polla de Diego en el ano de Ángel supe que ya era el momento de que fuera doblemente penetrado y que quizás él ya suponía que sucedería eso.

Saqué mis dedos de su culo, me puse un condón bien lubricado y fui reptando por debajo del cuerpo de Ángel para sentarme en el sofá y dejar encima de mí a éste. Ahora tenía su preciosa carita frente a mí y no pude evitar agarrarle y besarle apasionadamente. Le metí la lengua hasta la garganta mientras con mis manos tanteaba su ano para colocarle en la entrada mi polla que poco a poco iba a ser introducida junto con la polla de Diego que no dejaba de darle caña.

Ángel, abrió sus ojazos azules de tal manera que casi se le salen de las órbitas cuando notó que mi polla estaba dentro suya también. En ese instante, yo noté que de su polla salía gran cantidad de líquido preseminal sobre mi abdomen y que su polla resbalaba con cada empujón.

-        Ahhhhhhhh…. ¡no paréis por favor! – Pudo balbucear Ángel en un éxtasis
-        ¿Quieres que te follemos con más fuerza? – Le dije yo mientras me acoplaba mejor para empujar más fuerte –
-        Siiiiiiiii, despacito ir dando más caña cada vez, sementales… - añadió Ángel entregado a la lujuria –

Así hicimos. Poco a poco, su ano se había adaptado por completo para albergar las 2 pollas. Llegó un momento en el que tanto Diego como yo bombeábamos a toda ostia, yo desde abajo y Diego desde arriba. Yo podía ver los ojos vueltos de Ángel mientras le propinábamos tal follada. Al mismo tiempo, la sensación que notábamos nosotros era máxima, porque el contacto sobre la polla, por un lado con la pared del recto de Ángel y por otro con el cuerpo del pene de Diego hacía una mezcla explosiva que nos tenía a punto de corrernos a los 3, pero antes de eso, quise dar las últimas embestidas sobre ese culazo que compartíamos mi chico y yo.

Saqué la polla y la volví a meter varias veces sin ninguna dificultad en el culo de Ángel mientras seguía dentro la polla de Diego. Éste hizo lo mismo. Alternábamos uno y otro. El placer era máximo para los 3.

-        ¡Estoy a punto de correrme! – Dijo Ángel entrecortadamente porque su respiración era agitada – Pero quiero que vosotros os corráis en mi boca antes – Añadió casi sin fuerzas –
-        ¡Nosotros también estamos a punto de corrernos! – le contesté yo fogosamente –
-        ¡Siiiiiiiiii! Cuando queráis… - concluyó Diego desde arriba –

Dicho eso, saqué mi polla de su culo y Diego hizo lo mismo. Quise ver el ano de Ángel cómo estaba de dilatado.

-        Pffffff….¡Madre mía! – Exclamé yo ante tal escena –

Jamás había visto el ano de nadie así de dilatado. Se veía perfectamente todo su recto hasta por lo menos 10 cm de profundidad. De él rezumaba líquido intestinal con resto de heces y mucosa. Podría entrar perfectamente un puño cerrado por su culo sin resistencia alguna, pero no era momento de practicar más cosas hoy, porque estábamos a punto de reventar y lo único que deseábamos era eyacular.

Ángel se tumbó boca arriba en el sofá y Diego se situó a un lado de éste. Con la polla a la altura de su boca y empezó a pajearse fuertemente. Yo mientras tanto, le pellizcaba los pezones a Diego y le besaba con pasión. Cuando noté que mi chico iba a empezar a eyacular, me bajé a la altura de la boca de Ángel para paladear el semen de Diego también.

-        ¡Me cooooorro! – Gritó Diego

Y un chorro de semen caliente fue a parar directamente a la boca de Ángel. El siguiente chorro fue a la mía. Parecía un volcán en erupción. No dejaba de soltar leche. Después de 3 horas de follada tenía los huevos llenitos de leche. Tuvo como 4-5 eyaculadas que nos dejó la boca, la cara y el pelo llenos de lefa. Cuando terminó de correrse, empezamos a guarrear Ángel y yo con la lefa que Diego. Yo escupía en su boca toda la leche que tenía en la mía y luego él hacía lo mismo. Nos limpiamos mutuamente con la boca los restos de lefa que teníamos en la cara y en el pelo para después escupirlo en la boca del otro. El sabor de la leche de mi chico ya me era familiar. La había paladeado muchas veces. Era de sabor intenso. Con tropezones de semen. El olor era como a lejía diluida y el sabor áspero pero dulce que al tragarlo deja la garganta toda áspera durante un largo tiempo. Tras intercambiar varias veces el semen con la boca de Ángel, chupamos los resto que aún quedaban en la polla de Diego. Luego, quise ser yo el siguiente en correrse.

-        ¡Ahora me toca a mí! – Anuncié a mis amantes –

Me puse de pie, igualmente, a la altura de la cabeza de Ángel y empecé a masturbarme fuertemente hasta que…
        
-        ¡Me cooooooorro! ¡Me cooooooorro! – Insistí sin parar –

Y, empecé a lanzar chorros de semen sobre las bocas, caras, cuerpos, pelos y sofá. Mis corridas suelen ser brutales. Siempre he tenido eyaculaciones de gran cantidad de semen y con una potencia descomunal. En esta ocasión, fue mayor aún si cabe. Mi primer chorro de lefa fue a parar a una distancia de casi 1 metro directamente al sofá. El siguiente fue sobre el cuerpo y pelo de Ángel, el tercero ya entró en su boca, el cuarto, lo deposité en la boca de Diego que también se había bajado para paladear mi semen, e igualmente, guarrearon un rato con mi lefa, intercambiándola de bocas y limpiando con ellas por donde había caído. Finalmente, ambos mamaron mi polla y estrujaron para sacarme hasta la última gota de leche.

Ya solo quedaba Ángel por correrse. Como buen pasivazo, le gusta ser el último en hacerlo para que no se le quite el deseo sexual y satisfacer a sus sementales hasta el final.

Yo me coloqué a un lado y le empecé a morder ligeramente y a mamar un pezón, mientras él se masturbaba alocadamente. Diego le besaba y seguían todavía con restos de mi lefa jugando.

-        ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Me coooooorro! – Gritó Ángel –

E, inmediatamente, empezó a lefar como una fuente. No tuvo tantas contracciones como yo, solo 3, pero con gran cantidad de semen espeso. La potencia tampoco fue llamativa. Todo su semen se acumuló en su abdomen. Era blanquecino. Espesísimo y con mucho olor. Lo recogí con mis dedos y se lo fui depositando en su propia boca. Lo paladeó y tragó hasta la última gota.

Finalmente, los 3 empezamos a reírnos como nota de clausura de un polvazo bestial que ninguno habíamos experimentado jamás. Nos quedamos un rato tirados en el sofá, agotados, pero maravillados por lo bien que lo habíamos pasado. Nos estuvimos acariciando todo ese rato y riendo por los detalles que recordábamos haber sentido gracia.

Fuimos duchándonos uno tras otro y vistiéndonos, para acompañar hasta la puerta a Ángel y acordar volver a repetir otra experiencia los 3 la siguiente semana.

FIN

Si quieres hacerme llegar algún comentario, estoy a tu disposición.

                                




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Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
4058

Categoria
Gay

Fecha Envio


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1