Mi mejor polvo con un desconocido
( Relatos Heterosexuales )


Hace mucho calor. Agosto en Madrid es como el mismo infierno, y por la noche puede que sea tan divertido.
Quiero tomar algo así que me acerco al centro en autobus, sin dejar de observar a todos los chicos con los que me cruzo. No lo puedo evitar...mis ojos se clavan en su paquete de forma descarada, imaginandome mi boca en esa parte de la anatomía masculina que tanto me gusta. Alguno me mira interrogante, queriendo tal vez darme mi merecido, pero aún no es el momento de abrirse de piernas.Primero quiero emborracharme.

Llevo un par de horas en una terraza, bebiendo sin parar, observando a la gente que me rodea; a todos me los follaría, mujeres y hombres, me siento tan caliente que empiezo a tocarme disimuladamente, gracias a la falda que llevo, y cuando estoy añorando a mi consolador (pobre, solo en el cajón de la mesilla) un hombre se sienta a mi lado y comienza a acariciarme los muslos.
No dice nada, su mano asciende hasta los labios de mi vagina, y parece gratamente sorprendido ante lo mojado y calentito que está.
Solo dice una cosa susurrando quedamente:

- Quiero meterte mi polla.

La toco por encima del pantalón y la considero suficientemente grande para mi gran apetito.

Subimos a su coche y empiezo a chuparsela, practicamente no le dejo arrancar, así que me empuja hacia atrás, através del hueco entre los asientos delanteros. Recorre mis piernas con sus manos, de una manera brusca y violenta que me excita mucho, no puedo evitar gemir cada vez más alto, sobre todo cuando el me introduce sus dedos en mi boca, empapándolos de mi saliva. Derrepente me arranca el tanga, y me introduce un poco los dedos; mi cuerpo se mueve solo, hacia él, clavándome más y más sus dedos en mi coño. Para y me mira sonriendo, entonces se oculta entre mis piernas y comienza a chupar como un desesperado. Sabe como hacerlo, primero en el clítoris, rítmicamente, después todo, con amplios lametones. Pero lo mejor llega ahora cuando me escupé y siento resbalar su saliva desde el clítoris hasta mi culo, llegados a ese punto me revuelvo y me meto toda su polla en la boca. Está muy rica y sabrosa, es enorme y apenas me cabe, parezco una niña goltona con su helado preferido. Él me agarra la cabeza y la mete más profundamente, ahogándome; se ríe y me llama puta, pero me guta, me gusta cada vez más sentir la fuerza de su mano en mi cabeza, su respiración agitada, apunto del orgasmo... entonces noto el sabor del semen y cuando empiezo a tragar él saca la polla de mi boca y la restriega por toda mi cara.

- Espero que esto acabe en algo más que sexo oral, zorrita.

Me dice mientras arranca el coche en dirección a su casa.

Sinembargo no llegamos, el portal se ofrece como perfecto escenario y estamos demasiado cachondos.
Cuando voy a subir las escaleras me empuja a un hueco que hay debajo de ellas, me pone contra la pared agarrándome del pelo y me aconseja:

- No grites aunque te duela, por que sino va ha ser peor.

Me la mete directamente en el culo, sin lubricante, como se suele decir: a pelo.
El dolor se mezcla con el placer y no grito, gimo despacio, sintiendo unas embestidas cada vez más fuertes y seguidas. Susurra en mi oído que soy una puta, que estoy muy rica, que le encanta mi culito...

Entonces me gira y me sitúa frente a el, observa mis tetas, que asoman por un enorme escote. Yo le pido que siga follándome pero él no me hace caso.

- Quítate el sujetador.

Obedezco muy despacio y el me pega una bofetada, para animarme, y el caso es que lo consigue.
Me toca el pecho de forma salvaje, acaricia y muerde los pezones, sumerje su cara entre ellos... y mientras me levanta la falda.

- Quiero tu coño.

Ya no puedo más, estoy empapada y siento entre mis muslos como un liquido calentito resbala entre ellos... Le suplico que me meta su polla de una vez, parece apiadarse y lo hace de una sola vez, profundamente, siento su aliento en mi cuello y su verga enorme hasta el fondo de mí.
La saca y la restriega por la entrada de mi vagina, resbaladiza con tanta humedad, sigo suplicando y finalmente me tira al suelo y vuelve a metermela, cada vez más rapido y fuerte.

- Me voy a correr dentro de tí, puta.

No le digo que me tomo la pastilla pero me abro bien de piernas, y abro tambien la boca cuando el me escupe lentamente. Su saliva cuelga hasta mi lengua y me la trago deseando que fuera su semen.

Hace que me ponga encima, quiere ver mis tetas moverse. Cabalgo sobre el, siento su polla muy dentro y con el movimiento mi clitoris va a estallar. No puedo contenerme y él parece satisfecho, no para de decir que vaya tetas tengo. Me corro y grito sin parar, él empuja también y me mira con una cara de bruto que me pone más caliente. Cuando termino se pone encima de mi, me escupe entre las tetas y mete su polla . No tarda mucho, la coje entre sus manos y apunta hacia mi boca, que está abierta, nos miramos, cada vez más excitados, esperando el gran momento, cuando su leche se vierte en mis mejillas, en mi boca, mi cuello y el pecho. Entonces me restriega el semen por la cara, lo introduce aún caliente en mi boca de nuevo, mientras dice que tengo un buen polvo.




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Heterosexuales

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