EL ALBAÑIL (HUMBOST)
( Relatos Gay )


Este caso que estoy enviando, se trata de realidad, una deliciosa realidad de algo que me sucedió hace tiempo en una de mis vacaciones al campo, en un pequeño pueblo donde se me conoce como el Licenciado, por el respeto de los campesinos de la zona a quienes poseemos un título universitario y vivimos en una ciudad.

El caso es que necesitaba un servicio de albañilería y llevé a cabo la contratación de un conocido albañil del pueblo para que realizara algunos arreglos a mi casa de campo. Él era un hombre de unos 55 años, de mediana estatura, un cuerpo muy bien conservado aunque no muy guapo. Él llegó a mi casa, me hizo el presupuesto y me dijo que su trabajo iba a durar más o menos 4 días y lo realizaría en conjunto con su hijo menor, lo que acordamos y el trabajo lo iniciarían el día siguiente.

La mañana siguiente a las 7, llegó solo, recién bañado y sin afeitar. Empezó su trabajo tomando las medidas necesarias y los primeros pasos para el trabajo. Me llamó la atención que utilizaba un pantalón de mezclilla algo ancho y que en la parte delantera estaba abierto por un daño en la cremallera; noté además que no utilizaba ropa interior ya que pude verle un momento una parte de su pene cuando se le movía al caminar, pero inicialmente lo dejé pasar.

A eso de las 9 de la mañana le ofrecí un vaso de refresco y galletas para que los tomara y al quedarme observando su cremallera y su miembro dormido, éste le empezó a crecer y se puso bastante prominente hacia el lado de su muslo derecho.

Sonreí al ver que me observaba mirándole su bragueta y sonrojado me dice:
- disculpe que mi verga se despertara pero el problema es que ya llevo varios días sin metérsela a mi esposa y como usted se me quedó mirando empezó a crecer.
- No se preocupe, que cuando se tienen ganas eso pasa, a mí me ha pasado.

Nos reímos juntos, se sentó a comerse las galletas y tomarse el refresco y allí pude ver mejor de lo que me hablaba ya que sentado se le marcaba bastante grueso y grande su pene bajo su ropa ante lo que me atreví a comentarle:
- vaya que usted tiene un pene bastante grande y grueso amigo
- pues sí, es bien grande y grueso, como lo tenemos casi todos en mi familia.

Luego nos quedamos callados un rato y como no le podía quitar la vista a ese bulto me dice medio nervioso:
- ¿quiere verlo?
- Claro que sí, me gustaría

Sacó el miembro por la abertura de la cremallera y me presentó un pene bastante moreno, gruesísimo, de unos 22 cm. de largo, sin circuncidar y wow que era apetecible en extremo.
- Vaya que lo tiene enorme amigo, le dije.
- Si quiere lo puede tocar - me responde con cara de deseo -

Lo tome con mi mano derecha y palpé una gran dureza y cuando le jalé la piel para dejar salir la cabeza de ese pene éste tenía bastante líquido pre seminal.
- Uy, la verdad es que usted está excitadísimo.
Se rio y me responde:
- ya la dije que son varios días sin darle uso.
- ¿y le gustaría usarlo conmigo?,
- pues sí, aunque nunca he estado con otro hombre pero usted me inspira confianza y necesito hacer algo para quitarme las ganas, y veo que ya usted lo tiene bien parado.

Y era cierto, la situación me había excitado y hacia mi lado izquierdo de entrepierna se notaba ampliamente mi erección. Desabotoné mi pantalón, baje mi bóxer y mi pene quedó a la vista (tengo un miembro nada despreciables de 18 cm., grueso la verdad y está circuncidado). El albañil me pregunta
- ¿por qué su verga no tiene “gorra” (prepucio) como la mía?
- es que yo estoy circuncidado. (y le expliqué el hecho de la circuncisión)
- licenciado, hágame una paja para poder “venirme”, si?
- vayamos con calma, va a ver cómo le va a gustar lo que hagamos.

Lo empiezo a masturbar y veo que le está gustando bastante, acerco su miembro a mi boca, le empiezo a succionar suavemente, siento el sabor especial de su líquido pre seminal y al centrarme en la delicia que se me ofrecía escucho sus quejidos de placer, pensé que eran porque ya iba a terminar y me saco la parte de su pene que tenía dentro de mi boca. Se asombra argumentando
- que rico es que a uno le chupen así la “verga”, es la primera vez que alguien me lo hace, siga por favor.
- Pero ¿va a terminar ya?.
- No, es que siento delicioso como me chupa, siga por favor, no pare.

Continúo con la operación de chupar ese delicioso pedazo de carne, metiéndome a la boca una gran proporción de su tamaño, saboreando a plenitud. Ese hombre no podía creer que más de la mitad de toda su vergota estaba dentro de mi boca y de repente me avisa que ya casi termina. Sacó su miembro de mi boca, y me pregunta:
- Licenciado, usted dejaría que le meta mi verga en su “culito”?
- Podemos intentarlo, pero debo estar bien excitado porque no cualquier “culito” se puede comer una verga del tamaño y grosor que usted la tiene amigo.
- ¿quiere que lo intente? Yo puedo chuparle el culito antes para excitarlo bastante
- claro que sí, ¿ya ha chupado culitos antes?,
- No, pero lo puedo intentar, quiero hacérselo a usted

Me quité la ropa completa y él se quitó la suya. Me puse de espaldas
- dígame cómo hacerlo, si?
- Bueno, pase su lengua por mi raja, de arriba abajo y de abajo a arriba y se centra en mi huequito para que lo vaya preparando para lo que le espera (y vaya que lo hizo bien, su lengua entraba y salía dejando bastante saliva y lo hizo por varios minutos)
- Ahora intente meterme su verga pero suavemente.

Desde mi posición de rodillas podía ver su cara y se veía feliz, y sin dudarlo sustrajo la cabeza de su pene de la “gorra” y lo puso en la entrada de mi culo para empezar a metérmelo, pero le dije
- Amigo, va a sentir más rico si deja la “gorra” tapándole la cabeza de su verga y cuando empieza a entrar en mi culo ella sola se abre dentro de mí.
Así lo hizo, pero cuando esa cabezota ya estaba completa dentro sentí un fuerte dolor y le dije:
- Sáquemela por favor y póngase más saliva que me está doliendo muchísimo, entienda que es una verga demasiado gruesa y debo acostumbrarme.
Lo hizo y volvió a empezar a cogerme, me tenía ya metido un poco más que la cabeza cuando de pronto se salió para volverse a tapar la cabezona con su prepucio, ensalivarme más el culo y empezar a meter, esta vez logró que entrara poco menos de la mitad pero la verdad todavía me estaba doliendo muchísimo y se lo dije.
- Ay, siento que me está partiendo en dos, amigo, me duele mucho. Deje que yo me siente sobre usted y que su verga me entre a mi ritmo, si?
- Está bien.

Busqué gel, puse una cantidad generosa por todo su pene y otro poco en mi ano. Me puse cara frente a él, le digo
- ¿quiere mirar como entra en mi culo todo su “tronco”?
Le gustó que utilizara esa palabra y al mirar cómo me estaba entrando, sus ojos se notaban extasiados y su boca abierta de asombro, le estaba gustando lo que veía y me dice:
- Licenciado, ¿cómo es que en ese huequito tan chiquito le cabe toda esta verga que me tengo?.
- Ya ve amigo, con mucha excitación se puede. Ya está casi toda dentro, falta muy poco (ya iban como 20 cms.)
- Si Licenciado y se siente muy rico, más rico que cuando me cojo a mi mujer, y es que usted se tiene un culito tan apretado que lo siento a mi medida.

Una vez que logré tener dentro su verga completa empiezo a moverme lentamente, de manera circular primero para acostumbrar mi culo a todo ese tamaño y grosor bastante exagerado hasta que ya no siento dolor y él que no quita su cara de éxtasis, se ve que le está gustando de veras. Entonces inicio la salida muy lenta y cuando casi llevo más de la mitad afuera me ruega:
- Lic. no se lo saque por favor.
- No, no me lo voy a sacar ya verás, no te preocupes.

Me lo saco hasta tener dentro solo la cabeza y me siento con lentitud y me entra hasta la raíz, subo y bajo con lentitud varias veces más hasta que en una de esas me dejo ir rápido para que me entre todo de un solo golpe y él grita pidiéndome:
- hágalo otra vez, por favor, otra vez, es todo suyo.

Lo hice varias veces y no puedo describir la cara de placer que el albañil ponía cada vez que su verga se perdía dentro de mí y se volvía a asomar. Pero él quería ser quien hiciera más aún y me saca su verga de un tirón, me acuesta boca arriba en el piso me pone las piernas en sus hombros y de otro tirón me la mete toda completa sin dejar de mirar el entra y sale, cuando de repente, sin haberme tocado el pene empiezo a eyacular y el albañil al ver esto me culea más rápido logrando que mi eyaculación fuera muy cuantiosa y manchara mi abdomen, pecho, el piso.

Sigue metiendo y sacando su gran juguete en mi culo con gran frenesí, se notaba que estaba disfrutando mucho, se veía en su cara de lujuria que su disfrute era pleno, hasta que siente que va a explotar y grita como un loco
- ya le voy a llenar el culito de leche, de mucha leche
- démela toda,
- ohhhh, ya me estoy viniendo, allí le va toda mi leche, tómela toda ahhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh es suyaaaaaaa; que delicia, allí le va, allí le va…
y lanza varios chorros potentísimos que siento calientes en mi intestino.
- Tómela toda, todita, es toda para usted, solo para usted, ahhhhhhhh

Y seguía empujado hasta que se calmó y quedó sobre mi diciéndome
- Gracias, eso fue muy delicioso

Me dio un beso en la boca, largo y muy excitante, que hizo que mi cuerpo volviera a sentir ese cosquilleo de excitación y le apreté su pene con mi ojete ya que seguía dentro.
- Lic. como que quiere más lechita, eh? Je je
- Y usted como que me quiere dar más porque no se le ha bajado el tamaño de su gran tronco.
- Pues sí, en un culito como el suyo quisiera tenerlo ensartado por horas.

Inició otra vez el proceso hasta que volvió a llenarme con su esencia, a montones. Poco rato después, sacando lentamente su verga de dentro de mi culo me dice:
- Licenciado, de verdad que ojalá lo haya hecho gozar como usted a mí.
- No lo dude, ve que exploté la primera sin tocarme, usted me hizo terminar fabulosamente y eso no lo logra cualquiera.
- Yo le dí bastante lechita, muchísima, ja ja ja
- ¿quiere ver cuánta?
- Claro que si - me dice.

Me preparo y empiezo a expulsar, sentado en el piso, la cantidad de semen que me había dejado dentro
- sí que lo llené, nunca había echado tanta leche, es más de lo que creía.
- Amigo, usted es un semental completo
- Y usted tiene el culito más delicioso, sino que lo diga mi verga.

Limpié el lugar e invité al albañil a darnos un duchazo juntos para limpiar nuestros cuerpos.

Pero saben qué? Mientras me quitaba el jabón de mi cara y cuerpo bajo la ducha el albañil me tomó por sorpresa, se pegó a mi espalda y volvió a ensartar su gran verga en mi culo y de un solo intento la metió toda completa y volvió a empezar el juego y me dio su leche por tercera vez para repetir lo que él dice han sido los polvos más ricos que había tenido en su vida.

Y sin exagerar, hubo una cuarta eyaculación pero de muy poca leche pero esta vez fue la despedida que me dio ese día y fue en mi boca que pudo sentir su delicioso sabor.

Continuará…

                                


Comentarios


buen relato, espero leer la continuacion gracias por tu relato
perfil leobardozavzav


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Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
3930

Categoria
Gay

Fecha Envio


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3