APRENDIENDO DE SEXO (2ª PARTE)
( Relatos Confesiones )


Me gustaría hacer el amor, pero tengo un poco de miedo a la penetración, sobre todo la primera vez porque dicen que duele mucho, pero creo que mi novio me lo haría muy delicadamente y además tengo curiosidad por saber qué sensación se siente. ¿Sería posible que algún día Mario, mi novio actual, me lo pida?

Les voy a platicar la forma en que he empezado a masturbarme:
Antes, hace un par de meses, cuando empecé a hacérmelo, no se me ponía húmedo el coñito y lo que hacía hasta hace poco era que me chupaba un dedo y lo dejaba bien mojado con saliva, me acariciaba el botoncito del clítoris, a veces, si tardaba mucho rato en llegarme el orgasmo, se secaba y tenía que repetir la operación de mojarlo con más saliva. Ahora como lo hago cuando estoy excitada pensando en algo que me gusta (un pene tieso), se me pone mojadito y lo que hago es mojarme el dedo pasándolo por la parte de más abajo, donde sale ese líquido, en la vagina, llevo ese líquido hasta el clítoris, que es un botoncito que está en la parte de arriba del coñito al abrir los labios vaginales y que es muy sensible además da mucho gustito, a veces incluso hago entrar un poquito la puntita del dedo en la vagina y después continúo frotándome el botoncito hasta que tengo como unas contracciones muy agradables cuando siento un placer muy intenso.

Desde aquella vez que conseguí que mi novio me permitiese ver y chupar su cosa, no he podido tener ninguna otra ocasión de quedarme a solas con él. Me gustaría poder repetirlo, aunque fuese igual que la otra vez, me gustó mucho. Me enfadé un poco con él porque cuando le empezó a salir el semen me forzó a continuar chupando porque en un principio me dio asco y además me sorprendió aquel líquido viscoso en mi boca que no esperaba y no sabia qué era, pero después comprendí que era el momento de su mayor placer y no me arrepiento de que ocurriera así. Si ahora lo repitiese se lo volvería a chupar hasta que le terminase de salir todo el semen, lo que no se es si debería tragármelo, creo que a él le gustaría, pero no se si atreverme…

Una tarde, más o menos a la misma hora que suelo quedarme a solas con mi novio, en las pocas ocasiones que esto ocurre, estaba sola en casa, me duché me puse unas braguitas y una bata de ir por casa y me fui a mi habitación a hacer deberes del cole que me mandaron.

Al cabo de poco rato llegó Mario y me acompañó a mi habitación (cosa que no había hecho casi nunca), se me acercó y, con esfuerzos, noté que no sabía cómo empezar, no le salían las palabras pero me dijo casi tartamudeando:
- Eva mía... lo que me hiciste el primer día al salir de la ducha... ya te dije que me hiciste disfrutar más que nunca en mi vida..., muchísimo...
Evidentemente se refería a las chupadas que le hice a su polla. Entonces miré su pantalón y vi que lo tenía abultado, levanté la cabeza y mirándole a la cara le dije:
- Ya lo entiendo, quieres que te lo haga otra vez, ¿no es cierto? - y cuando ya alargaba mis manos hasta su cinturón para desabrochárselo y chupársela otra vez, me dijo:
- No, no es eso..., lo que pasa es que me siento en deuda contigo, tu me hiciste disfrutar muchísimo con lo que me hiciste y ahora a mi me gustaría hacerte disfrutar a ti de la misma manera que lo hiciste tu conmigo.
Yo me quedé un momento sin reaccionar, sin comprender que quería decir, sin decir nada... por un momento me imaginé que tal vez deseaba follarme... El me dijo:
- ¡Ven, échate encima de tu cama!
Yo, sin saber que quería, así lo hice, aunque tenía miedo porque creía que quería penetrarme y esto me daba un poco de miedo, todavía no se si estoy preparada para eso, pero le obedecí, si supiera lo que estaba a punto de sentir creo que le hubiese dejado hacer lo que hubiese querido.
Se acercó a mí y empezó a desabrochar mi bata empezando por los botones de arriba. Cuando mis pechos quedaron al descubierto exclamó:
- ¡Qué pechos!, ¡pero que bonitos!, ¡si que te han crecido!
No me había visto desnuda nunca, se creía que todavía los tenía más pequeños porque debajo de la ropa quedan disimulados. Empezó a tocármelos, a besármelos, a lamerlos y chuparlos. Yo estaba nerviosa, pero me gustaba, mientras tanto iba desabrochando la bata con la otra mano hasta el último botón, después, sin separar sus labios de mi piel, fue bajando con besos suaves por mis costillas, mi barriguita, hasta llegar a las braguitas, las cuales fue bajando y besando cada centímetro que dejaba al descubierto hasta encontrarse los primeros pelillos de mi coñito. Entonces me las cogió por los dos lados con las dos manos y me las bajó hasta los tobillos. Mi coñito quedó al descubierto a poca distancia de sus ojos y de su boca, parecía que hasta podía sentir su aliento...
Mientras miraba todo mi cuerpo desnudo encima de la cama dijo:
- ¡Pero que preciosa eres, amor mío!
Y empezó a besar la parte interior de mis piernas, subiendo hasta que sentí que su nariz rozaba mi coñito, entonces cambió a la otra pierna y después fue rodeándolo con besos y más besos. Yo notaba que me empezaba a poner mojada y él continuó, sentí sus labios rozar algunos de mis pelillos, pasando de largo, subiendo hasta llegar otra vez a mis pechos endurecidos, los cuales besó y chupó otra vez. Volvió a bajar hacia abajo y esta vez fue directamente al centro de mi rajita que ya estaba muy húmeda, poniendo su lengua en medio de mi rajita. Con una mano me tocaba los pechos y con la otra me frotaba alrededor de mi sexo, por encima de los pelillos. Noté su lengua húmeda que se movía desde la parte más alta hasta la más baja de mi rajita, haciendo que mi rajita se abriese lentamente a su paso, metiéndola cada vez un poquito más.

A mí me gustaba muchísimo, sentí como unos escalofríos a lo largo de todo mi cuerpo, ¡no me lo hubiera imaginado nunca! pero notaba que a él también le gustaba hacérmelo porqué todo el tiempo le oía murmurar:
- Mmmmm... mmmmmmmm...

Cuando estuvo de nuevo en frente de mi vagina metió su lengua lo más que pudo, yo noté como entraba la puntita en mi interior que en ese momento estaba muy mojada. Entonces el dijo:
- ¡Estás mojadita! esto quiere decir que te gusta ¿verdad?
Yo estaba súper excitada y solamente decía:
- Siii, siii... ¡y tanto como me gusta!... más... más... más... por favor... un poquito más...
Cada vez que movía su lengua me daba tanto gustito que todo mi cuerpo tembló, como electrizado, sentí un gustito casi como un orgasmo pero muy largo. Separé mis rodillas y empecé a moverme como si quisiera que me la pusiera más y más, entonces con varios lengüetazos desde abajo hasta arriba me fue repartiendo toda la humedad mía hasta el botoncito de mi clítoris, dónde empezó a mover su lengua alrededor de mi botoncito. Yo disfrutaba al máximo, estaba enloqueciendo de tanto placer... entonces me preguntó:
¿Te gusta esto? - dijo mientras me lamía el clítoris.
- Siii, siii - respondí yo -, no pares..., no pares..., más..., más..., por favor... - Estaba a punto de llegar al orgasmo de verdad.
¿Y esto otro? – preguntó mientras seguía lamiendo.
No se que hacía, quería verlo pero su cabeza estaba tan pegada a mi que no podía verlo, pero me daba un gusto tremendo, me parece que me chupaba el clítoris con sus labios y moviendo su cabeza frotando sus labios apretados contra mi, como si dijese que no con la cabeza sin parar.
- ¡Más..., más...! - dije yo disfrutando como una loca.
Entonces, cuando tuve mi orgasmo, grité tan fuerte que tuvo que taparme la boca con una de sus manos para que no nos oyeran los vecinos.

Cuando me repuse, me acordé de su pene, me acordé de lo mucho que me gustaba y que todavía no lo había disfrutado aquel día... y rápidamente empecé a desabrocharle su pantalón, justo cuando se lo terminé de sacar y apareció tan grande a un palmo de mi cara. No pude resistir aquella tentación tan grande y me puse su polla dentro de mi boca.

La excitación de mi novio era tal que nada más ponérmela en la boca ya empezó a salirle su leche. Creo que estaba tan excitado que ni que no me la hubiese puesto en la boca, ni que tan sólo se la hubiese sacado del pantalón se habría corrido igualmente en sus pantalones. Estaba tan excitada, tan enloquecida, que me tragué toda su leche casi sin darme cuenta.

Y así terminó ese día. Me preguntó si me había gustado y yo le contesté que muchísimo, que nunca había disfrutado tanto. Me preguntó si me había masturbado yo sola alguna vez y le contesté la verdad, que sí, pero que él me había hecho disfrutar mucho más del doble que cuando me lo hago yo sola con mi dedo. Me gustaría algún día hacer el amor, (follar), pero no se si pedírselo directamente o si esperar a que algún día me lo pida él. Yo estoy segura que algún día y espero que pronto, me lo pida...

Ahora mismo, escribiendo y recordando todo esto me he puesto un poco mojadita y me voy a masturbar... Lo haré cerrando los ojos y voy a imaginar que me pone el pene en mi boca. ¡Mmmmmm!, ¡qué ricooooooo!

Eva.

P. D.- Si gustan hacernos algún comentario o contarnos alguna experiencia parecida, mándenlo al correo ahí los leeremos juntos, porque estamos de acuerdo en que nuestras aventuras las conozcan otras personas aunque no deseamos que alguien más participe con nosotros, gracias.

Como os lo comente les pongo foto de mis pequeñitos pechos y se como me masturbo.

Foto 1 del Relato erotico: APRENDIENDO DE SEXO (2ª PARTE)

Foto 2 del Relato erotico: APRENDIENDO DE SEXO (2ª PARTE)




Escriba aquí su comentario sobre el relato:

Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.

Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
4855

Categoria
Confesiones

Fecha Envio


Votos
1

Relatos enviados por el mismo usuario

4852 - APRENDIENDO DE SEXO (1ª PARTE)
4862 - APRENDIENDO DE SEXO (3ª PARTE)