Me invitó a coger en su casa
( Relatos Gay )


Un día salí de mi departamento y me encontré a un amigo que vive en el departamento de abajo del mío y que sabe que soy gay, lo primero que me preguntó fue:
- ¿Vas a buscar un amigo para hoy? – lo hizo en voz baja para que no nos fueran a escuchar los demás vecinos
- No Salvador, no tengo plan de nada, solo voy a comprar unos cigarros y ya. ¿Y tú?
- Tampoco tengo nada, además mi mujer salió de viaje por su trabajo, pero ando muy cachondo, no se qué hacer, tal vez me encuentre algo por ahí y me puedo desahogar rico.
- Pues si gustas podemos tomarnos unas cervezas en tu departamento – dije alegremente mientras salimos del edificio a comprar lo que necesitábamos.

Salvador es señor ya maduro, casado y una vez me comentó que tenía muchas ganas de tener sexo con un hombre y que lo que más se le había antojado era que quería sacar fotos cuando estuviera cogiendo, siempre anda muy bien vestido y me ha dicho que le da mucho gusto cuando me ve y nunca me había dicho que quería coger conmigo, así que pensé que tal vez la pasáramos rico.

Al regresar con las compras nos fuimos directamente a su departamento para sentarnos y platicar de cualquier tema.
Le serví una cerveza e iniciamos la plática:
- ¿Y cómo está eso de que quieres estar con un hombre en la cama?
- Pues me dan muchos nervios porque no se si el placer sea iguale, me pongo muy nervioso, lo acepto, pero creo que debe ser igualmente placentero, lo confieso.
- Lo que debes hacer es quitarte los nervios y animarte a probar esa experiencia, ¿o no?
- Pues no lo voy a negar, sí quiero me gustaría experimentarlo.
Así continuó la conversación hasta que noté que su erección era bastante notoria, entonces me puse caliente y le dije:
- Si gustas puedo hacer algo para que se te quite la excitación, ¿qué dices?
- ¿En serio lo harías? – respondió con un gesto de lujuria en el rostro.
- Quizá si me dejas hacer algo tal vez te agrade tu primera vez.
- Te agradezco mucho tu propuesta, por ahora me gustaría mucho porque mi calentura es mucha y ya necesito sexo del bueno.
- Entonces basta de plática y pasemos a la acción – le dije con una lasciva sonrisa en mi cara.

Sin nada más que agregar, nos fuimos a su recámara, en cuanto entramos, me agarró por detrás restregándome su pene entre mis nalgas, el cual ya estaba rígido y ardiendo, yo paré el culo y lo moví para que sintiera más rico, sus manos se paseaban por mis caderas y mis piernas, eso me estaba calentando mucho, después me empezó a quitar la ropa muy lentamente mientras me besaba todo lo que iba quedando al descubierto, empezó por la nuca, fue bajando hacia mi espalda, me dio la vuelta y me lamió los pezones, los pellizcó suavemente y cuando quedaron paraditos, los chupó con ansia; como no quería quedarme atrás, también lo empecé a desvestir acariciando su pecho y brazos, lo besé profundamente por unos minutos hasta que sentí su verga en mi vientre, desabroché su pantalón, le bajé los calzones y me hinqué frente a él para mamar aquella tranca ardiente, en cuanto pasé mi lengua por su verga, empezó a gemir por el placer, luego, la metí muy despacio en mi boca y empecé a mamar despacio,
Noté de inmediato que en verdad su excitación era enorme, actuaba precipitadamente mientras se la chupaba, me pudo una mano en la nuca y empezó a llevar el ritmo de la felación con brío, haciendo que su pene entrara y saliera de mi boca cada vez más de prisa, su voz se convirtió en gemidos guturales, se aferró a mi cabeza y me hizo tragarme toda su virilidad hasta el fondo de la garganta, la cual mide unos buenos 15 o 16 centímetros, me provocó arcadas pero no detuve mis chupadas, pasados un par de minutos me dijo:
- Ahora sí papi, ya quiero clavarte rico.
- Pues dime cómo quieres que me ponga y te voy a complacer de inmediato.
- Te quiero coger hincado en el suelo y recostado en la cama, es la posición que más me gusta.
No respondí y saqué un condón para ponérselo, también puse un poco de lubricante en su tranca y en mi culo para que pudiera entrar sin problemas dentro de mi culo, después me acomodé en la forma que pidió, para ese momento yo estaba ardiendo de ganas por sentir esa sensación tan placentera que se tiene, cuando te van metiendo la verga muy lentamente, hasta llegar a lo más profundo de tu culo haciendo que te estremezcas por la penetración.

Me lamió las nalgas y el culo para excitarme, puso su glande entre mi trasero y empujó un poco, mi ano se fue dilatando hasta que se abrió y me clavó de golpe su virilidad, de mi garganta salió un gemido provocado por tan súbita penetración, luego empezó a meter y sacar su pene con ritmo algo acelerado haciendo que mis sentidos se dedicaran solamente a disfrutar de la cogida que me estaba dando, me dio de nalgadas diciendo:
- Ahora si cabrón, siente como te la estoy metiendo, ¡gózala toda!
- Sí papacito mío dámela toda y hazme gozar – fue lo único que pude decir.

No supe en qué momento sacó su móvil hasta que escuché que sonaba cuando empezó a tomar las fotos, lo que me encantó puesto que le estaba cumpliendo su fantasía.
Me tuvo en la posición desde el inicio y no me dejó cambiar, a mí me encanta que me la claven de perrito o con las piernas al hombro porque así la pueden meter toda hasta el fondo de mi cuerpo, pero no podía hacerlo porque me tenía firmemente sujeto por las caderas mientras me hacía disfrutar al máximo; hizo lo que quiso conmigo durante lo que a mí se me figuró cerca de media hora, en ocasiones me sacaba la verga y me pegaba en el trasero con ella para luego volverla a incrustar entre mis cachetes posteriores, sus jadeo hicieron que mis gemidos casi se volvieran gritos leves, lo que a él lo animaba a seguir haciendo la labor de inspeccionar mi esfínter en cada arremetida; sentí que la presión de sus manos aumentó considerablemente en mis caderas, también la velocidad con la que me estaba poseyendo, así que comencé a aflojar y apretar el culo para que se viniera rico, no tardó más que un par de minutos y eyaculó insertando su pene en mi ano hasta donde pudo, se quedó apoyado en mi espalda por un minuto y luego me lo sacó respirando agitadamente, se recostó en la cama y me besó con ternura diciendo:
- Eres una puto fabuloso, me exprimirte toda la leche y me dejaste exhausto, mucha gracias por eso, no se cómo pagarte esta cogida tan deliciosa.
- No me tienes que pagar, para eso son las amigos, ¿o no? – respondí con una enorme sonrisa en mi cara.
- Espero que no sea la última vez que estamos en la cama, creo que cada vez que mi mujer se vaya de viaje te voy a invitar a mi casa, ¿aceptarías?
- Con mucho gusto y placer papacito, de veras que me gustó como me lo hiciste.
Salí después de vestirme y me fui a casa sin poder disimular el gusto que traía porque acababa de encontrar un amante para que me coja muy cerca de mi casa.


Espero que les haya gustado este relato, estimados lectores, dentro de poco volveré con ustedes para seguir platicando de los encuentros sexuales que tengo, ¡hasta pronto!

Foto 1 del Relato erotico: Me invitó a coger en su casa

Foto 2 del Relato erotico: Me invitó a coger en su casa

Foto 3 del Relato erotico: Me invitó a coger en su casa

Foto 4 del Relato erotico: Me invitó a coger en su casa

Foto 5 del Relato erotico: Me invitó a coger en su casa


Comentarios


Que riquísimo así me gustaría tener un vecino que me diera unas ricas Cogidas...
perfil rogerinavazquezzunig


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7822

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Gay

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