El cornudo feliz
( Relatos Heterosexuales )


Tengo la suerte de haber vivido experiencias sexuales de toda clase. Este relato se refiere a lo que ocurrió con una vecina del consorcio donde vivo. Soy de Buenos Aires, Argentina. El nombre de ella: Bianca. Edad: 45 años. Un cuerpo muy bien conservado, en especial su cola y piernas. Casada con un señor que realmente le prestaba muy poca atención, a tal punto que en una ocasión, Bianca me contó que entraba a ducharse y permanecía aproximadamente media hora bajo la ducha (ella siempre creyó que se masturbaba en esos momentos). A la señora le gustaban los muchachos jóvenes (en esa época yo tenía 24) y a mi parecer, me tenía unas ganas bárbaras. Todo comenzó cuando una tarde me pidió que le ayudara a bajar su bicicleta por el ascensor. Como el habitáculo es tan chico, debíamos apoyar la bici en una sola rueda quedando muy poco espacio para nosotros, y fue allí que “sin quererlo”, ella quedó apoyándome su culito en mi pija, la cual creció rápidamente. Salimos del ascensor, me miró cómplice y me dijo que me lo quería agradecer, y que pasara a tomar una cerveza a la nochecita por su apartamento. Ese mismo día, subí a su casa, pero para mi sorpresa, estaba el marido, un tipo muy delicado, quien al verme entrar, me saludó de manera muy breve y luego de eso se metió a la ducha. Bianca destapó dos cervezas, y me dijo: “Allí va el pajero... yo le ofrezco mi concha, y él elije hacerse una paja!!”, a lo que le pregunté: “¿Hace mucho que pasa esto?”, “Uff!!” dijo ella y agregó que hacía mucho que no se la cojían. Mi pija se levantó de inmediato, y ella notó el bulto dentro de mi short. Y me dijo: “ayudame a alistar mi bicicleta”, y se colocó delante de mí, de igual manera que en el ascensor. Yo, esta vez, apreté mi verga contra el canal de su culo. Ella se dio vuelta y comenzó a chupármela con unas ganas tremendas. En eso, el marido le pide que le alcance una toalla que se había olvidado fuera del baño, y ella casi sin sacarse mi miembro de su boca le contestó que en un momento. El marido, notó su cambio de voz y le preguntó desde la ducha: “Que rara tienes la voz.... ¿Es que acaso estás chupando una pija?”. “Sí! Cornudo!” contestó Bianca y agregó: “¿Querés ver como se cojen a tu esposa?”. Yo estaba realmente nervioso, y más cuando vi al marido parado en la puerta del estar observando como Bianca me la mamaba. “Esto se pone buenísimo!!!” dijo el marido y se sentó a ver como me iba a coger a su mujer. Primero la penetré por la concha que chorreaba jugos de la calentura que tenía Bianca y por último, con la verga bien mojada, le rompí literalmente el culito (mi verga mide 18 x 5 y con una gran cabeza). Bianca se dio vuelta me sacó toda la leche con su boca y se la tragó. Descansamos un rato, cerré los ojos por un momento y me despertó una chupada de pija fenomenal: era Bianca y su marido!!! Los dos chupándome la pija!!! Obviamente, Bianca recibió otra descarga de semen luego de que me la cojiera nuevamente, pero esta vez lo tuvo que compartir con su maridito, el “cornudo maricón”. Hay más, pero para otro relato.




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Heterosexuales

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