Regalo del Día de la Amistad
( Relatos Transexuales )


Mi regalo del Día de la Amistad

Si leyeron mi relato anterior recordarán que había hecho realidad la fantasía de mi “amigo” y que desde entonces mi “nuevo” amante al que llamaré Norberto me hablaba continuamente por teléfono.

En su última llamada me propuso un nuevo encuentro, y como yo llevaba algunos días sin tener algún contacto accedí con mucho gusto. Me dijo que como se acercaba el día del amor y la amistad le gustaría darme un buen regalo, sobre todo por aquella magnífica noche que pasamos los tres: él, mi “esposo” y yo. En esa ocasión la fantasía de mi “marido” era verme cogiendo con otro hombre, y ese hombre era Norberto precisamente.

Acordamos vernos por la noche ya que me llevaría a un hotel que él conocía y sabía que era discreto. No habría problema si nos registrábamos como dos agentes viajeros. Para lo cual me pidió que llevara en una maleta mis prendas que usaría para esa ocasión.

Pasó por mí a la hora acordada y nos dirigimos al lugar al que me había invitado, deseosa como me encontraba durante todo el trayecto le acariciaba la pierna y deslizaba mi mano por encima de su pantalón hasta tocar su miembro. Él lo agradecía regalándome una sonrisa. A pesar de mis ansias me contuve para no mamarle su verga mientras iba conduciendo, ya que por razones de seguridad no quería que se distrajera y que tampoco “adelantara” mi regalo si eyaculaba prematuramente.

Al llegar al hotel pasamos sin ningún problema y al entrar a la habitación me dijo que me tomara el tiempo necesario para transformarme en la hembrita que deseaba tener. Tomé las cosas con calma a pesar de ya sentir esa rica sensación de sentirme mujercita. El roce de las prendas íntimas que fueron invadiendo la mayor parte de mi cuerpo como fue el sostén, las medias, la tanga, el liguero y las zapatillas hacían que cada instante que pasaba me invadiera el deseo intenso de entregarme ya a ese hombre que se encontraba a solas conmigo en aquella habitación. Salí del cuarto de baño para dirigirme al lado de mi querido amante en turno, el cual se encontraba recostado en el sillón, a verme se levantó y me dijo: “muñeca, te ves bien rica para esta noche” y me atrajo a su cuerpo. Me tomó de la cintura y acercó sus labios a los míos, al principio fue un beso tierno y simple pero que poco a poco se fue convirtiendo en un beso profundo y lleno de pasión.

Tal vez fue el aroma muy varonil del que estaba impregnado el cuerpo de Norberto, pero que me provocó las ganas de querer devorarlo a besos. Mi lengua se introdujo profundamente en su boca que buscaba ansiosamente la de él, nos dejamos caer en el sillón y continúe besándolo de esa manera, sentía mi sangre hervir de deseo y pasión. Él se dejó llevar por la situación y me dejó que tomara la iniciativa de ese encuentro. Me monté encima de él y seguía disfrutando de sus besos al mismo tiempo que me acariciaba las nalgas y las piernas, me sentía como una hembra en celo que había pasado por un largo periodo de abstinencia y que estaba desesperada y urgida por un macho. ¡Y vaya que se dio cuenta de mi necesidad! Ya que no dejaba de moverme cachondamente al contacto de sus manos fuertes que se habían apoderado de mis nalgas y que en un susurro le dije: ¡Ahhh, que rico! Mmmmm… así, bebé… tómalas son tuyas, hazme sentir que las deseas y te dejaré hacer con ellas lo que quieras… así, mi amor… cada instante que pasa me estoy sintiendo cada vez más y más puta. Él seguía acariciándome las nalgas y les daba pequeños apretones que me hacían gemir de placer, a veces sentía que trataba de separarlas como intentando que mi agujerito empezara a despertar y entrar en acción. Aunque para mí no era necesario que lo hiciera ya que estaba tan ansiosa de ser penetrada por la rica verga de Norberto, pero antes de pedirle que me cogiera, me moría por mamarle su rico miembro que a decir de la verdad me daban unas enormes ganas de acariciarlo y besarlo, aunque no era muy grande tenía el atractivo de estar bien formado, tenía la forma exacta de la verga que tenía en mente en mis sueños y fantasías eróticas, y ver que Norberto tenía la verga tal cual me la había imaginado muchas veces no quise desperdiciar ninguna oportunidad de hacerla mía como tantas veces había soñado. Me deslicé hacia debajo de manera que quedé arrodillada enfrente de él que seguía sentado en el sillón, instintivamente separó sus piernas y le empecé a desabrochar su cinturón, lentamente le bajé el pantalón y su verga quedó totalmente libre… mmmmmm… exclamé para mí y me remojé los labios le tomé su verga con mi mano y le di un pequeño apretoncito como diciendo: “eres mía esta noche, y serás mi regalo del Día de la Amistad”. Deslicé mi lengua despacito en el miembro de Norberto y sentí su cuerpo estremecer, sabía que él estaba ansioso de que mi boca empezara a hacer su trabajo y no dudé en comenzar. Chupé la cabeza rígida durante varios minutos y casi podía sentir su grado de excitación ya que su miembro palpitaba de satisfacción y de deseo. Me sentía doblemente satisfecha, ya que por un lado, la labor de mi boca con el miembro de Norberto estaba dando el resultado esperado. No dejaba de decirme lo mucho que disfrutaba la rica mamada que le estaba dando y escuchaba sus gemidos y su respiración agitada al mismo tiempo que me decía: “así, mami, así… que rico chupas, chiquita… ahhhhhh… sigue, sigue… mmmmm… anda… sé mi putita golosa y hazme gozar como nunca”. Me encantaba y me enloquecía escuchar las palabras de Norberto ya que esa era la otra parte de mi satisfacción. Sentirme cachonda como estaba, mamando la verga que tanto deseaba, escuchar que mi trabajo estaba siendo reconocido por mi amante en turno, ¿qué más podía pedir? Me sentía como en un sueño erótico de los muchos que había soñado durante mucho tiempo. Pero sabía que era real y me propuse disfrutarlo al máximo. Me levanté abruptamente y dejé de masturbar y mamar la rica verga de Norberto, de momento se quedó sorprendido por esa acción pero al ver que comenzaba a moverme cadenciosamente enfrente de él, como si fuera una modelo sexy, se sonrió y se limitó a observarme. No dejé de moverme y girar en torno mío acariciándome el cabello y los senos como invitando a que se levantara y me hiciera suya. Con una seña le dije que no, y le señalé que ahora se recostara en el sillón, colocó su cabeza en el antebrazo y yo me coloqué del otro lado, ahora me arrodillé pero arriba del sillón de manera que pudiera seguir mamando su rico miembro pero ahora con las nalgas paraditas. Norberto tomó su verga y me la ofreció diciéndome: “anda mamita…tómala… sé que te encanta mamarla y toda es para ti”. Él seguía agarrando su miembro y yo, sin tocarlo, lo introduje en mi boca. ¡Anda putita, chúpalo! Me ordenó. Para ese momento ya me sentía de su propiedad y que estaba dispuesta a hacer todo lo que me pidiera ya sea para satisfacerlo y yo sentirme capaz de complacerlo como cualquier hembra. Saber que puedo complacer a cualquier hombre como cualquier hembra es mi mayor placer. Chupé y chupé no sé cuántas veces ese rico manjar que me tenía como loca de deseo. Quería saborear el fruto de mi trabajo oral pero también deseaba tanto sentirme penetrada. Así que aproveché el momento en que Norberto me dijo: “Amor, tengo ganas de cogerte”. Le dirigí una mirada de agradecimiento y me levanté, giré de manera que ahora mis nalgas quedaron enfrente de él y me acomodé de tal manera que “mi amor” me dijo: ¡Vaya, sí que tienes unas ricas nalgas de puta”! No me molestaba que se expresara así, ya que, como dije antes, mi mayor placer es sentirme una real hembra y si un macho como Norberto le gustaban mis nalgas quiere decir que soy capaz de complacerlo como una rica putita. Se acomodó detrás de mí, sentí como sus manos diestras hacían a un lado la tanga que traía puesta y cómo dirigía la punta de su verga a la entrada de mi orificio anal, sabía que sería fácil la penetración ya que su miembro lo conservaba lubricado con la saliva de mi boca y por las gotas de eyaculación preseminal que fluían del orificio de la cabeza de su miembro. Al sentir la penetración empecé a jadear de placer… no sé cuántas veces exclamé: ahhh… ahhh… ahhhh… pero podía jurar que cada ahhhh que exclamaba era un centímetro de su verga que se deslizaba dentro de mi… podía sentir cada pedacito de su carne invadir mis entrañas y que me estaba dando un intenso placer… Sentí que todo su miembro estaba cubriendo mi orificio anal y llegué a sentir un cosquilleo de su vello púbico al rozar mis nalgas. Al saber que tenía todo su miembro dentro de mi culito me sentí plena y satisfecha, ese instante que estás cogiendo con un macho que te tiene a su merced, vestida de nenita, con las nalgas paraditas, con un miembro rígido y palpitante dentro de tu ser es la sensación más rica que puede una tener. Me sentía en la gloria y no deseaba que ese momento terminara, pero mi instinto femenino me hizo mover cadenciosamente de atrás hacia adelante gozando cada centímetro de la rica verga de Norberto pero toda acción tiene una reacción, fue tal el movimiento acompasado que teníamos Norberto y yo de ese mete y saca que sentí como un chorro de líquido caliente inundaba todo mi culito y las manos de Norberto tomándome de la cadera y atrayéndome hacia él, como no dejando que me escapara y que recibiera hasta la última gota de su delicioso semen. De mi parte también colaboré para que esa deliciosa leche no se derramara ni escapara de mis nalgas, me recargué en su cuerpo hasta sentir que la última palpitación de la verga de Norberto había terminado ya. Permanecimos así durante varios minutos disfrutando de ese momento hasta que su verga estaba desfallecida y poco a poco la fue sacando de mi culito. Nos separamos y me di cuenta que la verga colgante y desfallecida de Norberto tenía vestigios de su semen. Apasionada y candente como aún me sentía no quise “desperdiciar” nada de lo que Norberto me dio, así que sin dudarlo me llevé a la boca la verga nuevamente y saborear algo de la leche de la que estaba impregnada y succionar las últimas gotas de su delicioso néctar. Fue una noche maravillosa y mi regalo del Día de la Amistad, espero que para el próximo encuentro sea igual o más candente que este… Espero que les haya gustado.

Foto 1 del Relato erotico: Regalo del Día de la Amistad

Foto 2 del Relato erotico: Regalo del Día de la Amistad




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Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
5632

Categoria
Transexuales

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