Cuando ya me faltaba poco para llegar, como estaba algo cansado de caminar, me senté en unos bancos que había en una pequeña plazoleta, allí me paré a fumar pues mi hermana no dejaba fumar a nadie en su casa, así que mientras fumaba un cigarrillo, descansaba y tomaba el fresco de la noche.
Ahí mientras estaba fumando, fue cuando se sentó a mi lado un hombre, al principio pensé que me iba a pedir tabaco, cosa que sí hizo, pero lo que no esperaba, es que se sentara pegado a mí. Al momento ya me di cuenta de sus intenciones, por lo que traté de apartarme, bueno ni que decir tengo que fue misión imposible, era un hombre fuerte, por la pinta ya vi que se trataba de un Magrebí, cuando quise levantarme para seguir mi camino, este no me dejó, me sujetaba por el brazo sin dejarme levantar.
Espera, no te vayas, me decía sujetándome por el brazo a la vez que me mantenía sentado, tranquilo que no te voy a pegar, anda dame un cigarrillo y quédate conmigo.
Nervioso y con algo de miedo, saqué el paquete de tabaco y le di un cigarrillo, sabía que, aunque quisiera robarme, apenas llevaba dinero, solo era calderilla lo que me quedaba en el bolsillo.
Así que cogió el cigarrillo, creí que ya me dejaría en paz, ja, que iluso estaba siendo, porque ahí fue cuando empezó con lo que realmente quería. Sin que me dejara levantar, se abrazaba a mí empezando a meterme mano, Dios, era como un pulpo, el cabrón andaba más salido que una jauría de perras en celo me metía mano por todas partes a la vez que me abrazaba a él.
Quédate quieto, ya verás cómo te va a gustar, me decía cogiéndome la mano a la vez que la llevaba a su entrepierna para que palpara su verga y viera como estaba de empalmado.
Bufff, el cabrón tenía la polla que reventaba de lo dura y tiesa que la tenía, pero yo seguía tratando de marcharme de allí, cosa que él no estaba dispuesto a permitir.
Tranquilo, tu queda quieto, ya verás como te va a gustar, me decía a la vez que trataba de vencer mi resistencia.
Yo seguía tratando de levantarme y escapar de allí, pero me resultaba imposible. Estando prácticamente peleándome por zafarme de aquel hombre, fue cuando me echó mano a la entrepierna, mira cómo te gusta, me decía agarrándome los huevos y polla, pudiendo comprobar que yo me estaba empalmando con aquella metida de mano.
Ya los 2 habíamos tirado el cigarrillo y yo seguía tratando de marchar de allí, pero cada vez se me hacía más difícil, tenía miedo de que me rompiera la ropa por lo que no hacía mucha fuerza, cosa que él aprovechó para empezar a morderme el cuello y boca, Dios era como un huracán, me devoraba a la vez que trataba de quitarme la ropa, ya había conseguido meter su mano por dentro de mi pantalón, eso que llevaba puesta correa, pero aquel hombre era incansable, cuando veo que se acerca otro hombre, joder creí que al verlo iba a parar, pero fue peor de lo que pensé en un momento, era otro marroquí, o sea un compañero suyo, que al ver que prácticamente nos estábamos peleando, se sentó a mi otro costado, poniéndose a ayudar a su compañero.
Ahora ya no era uno, eran 2 magrebíes los que estaban tratando de quitarme la ropa allí en aquella plazuela, donde me había parado a fumar un cigarrillo tranquilamente al fresco de la noche.
Nada más llegar el compadre, este me sujetó por los brazos, quedando completamente inmovilizado, cosa que aprovechó el que trataba de quitarme la ropa, para al momento aflojarme la correa del pantalón, bajándomelo junto al slip. Ya estaba, ya me tenían de cintura para abajo desnudo, ya ambos pudieron ver como sin yo quererlo me estaba empezando a empalmar. Yo que estaba sudando por todas partes, estaba completamente enrojecido por el esfuerzo que había hecho al tratar de zafarme de aquel hombre, veía como me tenían sujeto y como aquel depredador me miraba, estaba asustado y aterrado a la vez, veía que aquellos 2 depravados, me estaban desnudando allí en plena calle, sabía que me iban a follar, eso lo tenía muy claro pero tenía miedo que me fuesen a hacer algo más, que me robaran, era lo de menos, pues poca cosa me podían quitar ya que dinero apenas llevaba, una calderilla. Pero que me tuvieran allí desnudo y me fuesen a dar por el culo, me tenía bastante preocupado, menuda vergüenza.
Al ver que yo ya no me movía, el que me había bajado el pantalón y slip, era el primero que se me acercó, veo que se empieza a sacar la verga de fuera. Dios, Cuando vi aquel pedazo de rabo que se sacaba, casi me da algo, además de un tremendo pollón, estaba el muy cabrón completamente empalmado, aquel pedazo de hijo de puta, andaba bien salido el muy cabrón y tremenda verga, grande como ella sola, no se lo que le mediría, pero yo la veía enorme, joder si casi le llegaba al ombligo, y sin casi, vamos que aquella polla me iba a destrozar. Estaba circuncidado, se veía un glande enrojecido y algo grueso, vamos que aquella polla me iba a dejar abierto como el canal de Suez.
Vi como me miraba sonriéndose, cuando lleva su mano a mi cabeza haciéndome agachar. Estaba claro que quería que le chupase la polla, cosa que hice sin rechistar, era mejor dejarles que me follasen, no me fuesen a dar una paliza además de darme por el culo.
Mientras el otro me mantenía sujeto, yo abría la boca, empezando a mamar aquel tremendo falo. Dios, apenas me cabía en la boca, me costaba bastante tragar el glande de aquel rabo y apenas podía meterme la mitad de aquella verga. Como pude abrí la boca y empecé a chuparle la polla, cada vez me costaba más, me abría en arcadas, el cabrón empujaba mi cabeza para que me tragara toda aquella verga, cosa que me era imposible tragar.
Así maricón chupa, trágala toda, me decía empujándome la cabeza a la vez que me iba marcando el ritmo. Mientras yo trataba de complacerlo, el compadre me estaba metiendo mano, con una me acariciaba el culo mientras con la otra, me iba acariciando el abdomen y pecho, hasta que buscó mis pequeñas tetillas, empezando a pellizcarlas a la vez que me retorcía los pezoncitos.
Yo estaba que ya no sabía donde me encontraba, cada vez me costaba más chuparle la polla, me dejaba sin aire, estaba que ya no podía con mi alma, cuando de repente se levantan ambos y me llevan para el fondo de la plaza, allí estaba más oscuro y estábamos más ocultos de cualquiera que pasara por allí. Nada más levantarme, el que me tenía sujeto, me sacó la camiseta que llevaba puesta, tirándola al banco junto a la bolsa que llevaba.
Así que me llevaron más al fondo de la pequeña plaza, mientras al que le estaba chupando la polla, se sentaba en el banco, dejándome de pie delante suya, me hizo volver a agachar y otra vez a chuparle la polla. Solo que ahora tenía detrás mía al compadre, el cual empezó a pasar sus dedos por los cachetes de mi culo, siento como me escupe y empieza a pasar su mano a la vez que trataba de abrir mi agujerito. Dios que nervioso estaba, sabía que me estaba preparando para encularme, no le había visto la polla que se gastaba este otro, pero si era como la del compadre, aquellos 2 me iban a reventar.
Seguía chupándole la polla cuando noto como el compañero coloca en la entrada de mi ano su verga, bufff, noto algo tieso y duro, tengo los nervios por las nubes, cuando siento como aquella verga me empieza a entrar por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grito a la vez que trato de erguirme, pero al que le estoy chupando la polla no me deja.
Quieto, tu quieto que es mejor, escucho que me dice empujándome la cabeza para que tragase más verga a la vez que me mantiene bien sujeto para que no me mueva y me deje encular.
Ya, ya está, ya la tienes toda dentro, maricón, me decía el que me acababa de encular. Me acababa de meter la polla hasta los huevos, me había llegado al tope, así que el cabrón también tenía un buen rabo.
Yo trataba de abrir mis piernas todo lo que me permitía el pantalón y slip, para que así no me hiciera tanto daño, pero la verdad es que mi culito ya se había abierto a tope dejando pasar aquella verga que me estaba profanando las entrañas.
¡Ahhh que gusto! ¡aaahhh que gusto! Que culito rico tienes, ¡que gusto me da! Gritaba una y otra vez el que me estaba dando por el culo, ¡me gusta! ¡Me gusta! No paraba de gritar, mientras me estaba enculando.
Podía notar como sus pelotas golpeaban una y otra vez la entrada de mi hoyito y como sonaba cada vez que me introducía la polla a fondo, plof, plof plof plof plof plof, plof plof plof, se escuchaba una y otra vez, cuando noto como las enculadas empiezan a ser mucho más profundas, como sus dedos se clavan en mis estrechitas caderas, como me pega más a él y empieza a gritar que se corre.
Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba mientras me llenaba el culo de leche. Se había corrido en lo más profundo de mis entrañas, allí me había dejado todo su caliente esperma.
Estuvo un rato con su polla metida en lo más profundo de mis entrañas, mientras yo trataba de chuparle la polla al compañero, tenía las piernas que me temblaban, todavía notaba la polla metida en mi culo, el cabrón me acababa de preñar bien preñado.
Así que me sacó la polla del culo, el compañero no perdió tiempo, luego de sacarme la polla de la boca, se puso de pie dejándome allí inclinado contra el banco y sin perder tiempo, se colocó detrás mía, colocó su polla en la entrada de mi ano, el cual estaba bien abierto y chorreando la corrida de su compadre, y sin que me diera tiempo ni a decir ¡ay! Ya me enculó.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Suspiré más que grité, notando como aquella tremenda verga me entraba por el culo, empezando a ser sodomizado por segunda vez.
Así, así, ves cómo te gusta, tu culito gusta polla, eres buena mujer, tienes culito rico, tiene mucha hambre, pero no te preocupes, hoy vas a ir bien follado.
¡Ay que gusto!¡ay que gusto! Como me gusta tu culito, gritaba una y otra vez, follándome cada vez más salvajemente.
Yo estaba que ya no podía con mi alma, las piernas me temblaban cada vez más, mi pobre polla no dejaba de chorrear gotas de semen, y aquel magrebí, seguía enculándome sin piedad, cuando de repente mi polla no aguanta más y empieza a soltar trallazos de semen que van cayendo sobre el banco de aquella plazueleta.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, me corro, gritaba yo teniendo un tremendo orgasmo mientras estaba siendo prácticamente violado por aquellos 2 magrebíes en plena calle.
Al yo empezar a correrme, mi culito se apretaba más, dándole más gusto al que me estaba enculando, empezando este a follarme cada vez más rápido, y antes de que yo acabara de eyacular, él empezaba a gritar que se corría.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba mientras se corría en lo más profundo de mis entrañas, preñándome por segunda vez.
Así que acabó de preñarme, una vez sacó su polla de mi abierto y caliente culito, sin esperar a ver como yo estaba, cuando me di vuelta para sentarme sobre el banco mientras me reponía, vi como aquellos 2 magrebíes, marchaban juntos por el mismo camino que yo tenía que seguir camino de la casa de mi hermana.
Tremenda follada que me acababan de dar estaba sentado reponiéndome en el banco, estaba sentado sobre la corrida que acababa de soltar, sudaba por todas partes, todavía no podía creerlo, cuando una vez medio recuperado, me levanté para subirme el slip y pantalón, luego fui al banco donde habían dejado mi camiseta y bolsa donde llevaba lo que había comprado, no me habían quitado nada, solo me habían follado, y tremenda follada que me habían dado. Una vez ya vestido de nuevo y con la bolsa en la mano, me volví a sentar y a fumar otro cigarrillo, ya en aquellos momentos todo me daba igual, iba a fumarme un cigarrillo sentado tranquilamente y luego una vez ya más repuesto, me marcharía para casa de mi hermana, cosa que fue lo que hice nada más acabar el cigarrillo.
Nada más entrar en casa, luego de dejar la bolsa donde llevaba las compras, me metí en el baño para lavarme y luego meterme en la cama a descansar. Nada dije de lo que me acababa de pasar, por supuesto que no les iba a decir que me dieran por el culo, ni siquiera que había tenido altercado alguno, era un secreto más que guardar para mí.
La verdad es que, en el fondo de mi ser, tenía que reconocer que aquello me había gustado, vamos que me habían hecho disfrutar aquellos 2 magrebíes con la tremenda follada que me habían dado.
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